Newell’s venció a San Martín y se subió a la punta de la tabla

Newell’s necesitaba mostrar su poderío. Y lo hizo. En su casa y ante una multitud. Despachó, sin jugar del todo bien pero con justicia, a San Martín. Ganó su primer partido en el Coloso y se subió a la cima para ilusionar a su gente.

Newell’s necesitaba mostrar su poderío. Y lo hizo. En su casa y ante una multitud. Despachó, sin jugar del todo bien pero con justicia, a San Martín. Ganó su primer partido en el Coloso y se subió a la cima para ilusionar a su gente. Sin Maxi Rodríguez —lesionado—, pero presentando ante la sociedad leprosa a Gabriel Heinze y a Ignacio Scocco. Y precisamente Nacho dijo presente metiendo un tremendo golazo. De esos para archivar y recordar por siempre. Y en la primera bocha que tocó. Notable. Para enloquecer a una multitud rojinegra, que ahora ve a su equipo arriba, fuera de la zona de descenso y en zona de clasificación a la Libertadores 2013.

Antes de todo esto hubo un preámbulo. Con buenas y no tantas. Porque en el inicio todo fue de Newell’s. La búsqueda y el protagonismo. La cancha se inclinó hacia el arco de Ardente y los sanjuaninos lo padecían. La presión fue incesante y la primera picante la tuvo Bernardi, quien de zurda remató desviado. Aunque pasada la docena de minutos Cáceres metió un testazo goleador para hacer explotar un Coloso que desbordaba y frenar la ansiedad.

La noche pintaba bien para Newell’s. Porque estaba bien plantado y conducía las acciones. Hasta que Víctor López fue fuerte abajo contra Velázquez y vio la roja directa, discutida y quizás apresurada del árbitro. Y Martino tuvo que barajar y dar de nuevo. Sacrificó a Figueroa y mandó a Heinze a escena. El sanjuanino pareció revivir, empezó a tener la pelota y a buscar el arco de Guzmán. E insinuó con un disparo seco de Velázquez que se fue cerquita. Y después contestó Cáceres, otra vez, pero en esta ocasión ganó Ardente.

La expulsión de López pareció golpear a Newell’s. Y, por el contrario, San Martín tomó valentía y empezó a tener mayor contacto con la pelota. Se le animó a un equipo que no le encontraba la vuelta al cotejo, aunque sin herir. La Lepra solamente atinaba a defenderse —y lo hizo bien— e intentaba meter un contragolpe que liquidara el pleito.

El equipo del Tata se paró bien atrás. El sanjuanino atacaba. Como podía, pero jugaba en terreno contrario. Insinuaba, aunque no encontraba el espacio necesario para meter el golpe y equilibrar las cuentas. Velázquez probó de lejos y la pelota rebotó en las manos de Guzmán. Poco para llevarse un premio del Parque.

Todas las aspiraciones y esperanzas del visitante se diluyeron sobre la media hora del complemento. Cuando apareció la obra maestra. La que hizo explotar el Coloso. La que llevó tranquilidad y cerró el partido. Scocco recibió la bocha y desde muy lejos metió un zapatazo terrible para colgarla en el ángulo derecho de Ardente. Inalcanzable. Inatajable. Un golazo estupendo para que la Lepra se apropiara de los tres puntos. Para que Ñuls alcance la punta, goce en lo más alto y vaya construyendo el camino de la candidatura.

Newell’s ganó con autoridad. Sin jugar del todo bien, pero con corazón, entrega y sabiendo lo que quiere. Siendo contundente y golpeando en los momentos precisos. Con un hombre menos se las ingenió para defenderse y después festejar. Y en este fútbol resultadista, lo que importa es sumar de a tres. Lo hizo y está arriba en el torneo. Para que el andar invite a soñar.

Debutó Casco

Milton Casco, el defensor surgido en Gimnasia La Plata que llegó como refuerzo a pedido del Tata ingresó a los 78’ por Sperduti, ocupó el sector izquierdo y respondió. (La Capital)