Asaltaron un complejo de fútbol 5 en barrio Refinería

Cuatro ladrones entraron a «Tifosi», en barrio Refinería, y se llevaron dinero y bolsos de los deportistas presentes. El golpe duró tres minutos y quedó filmado. Dos días antes hubo un caso similar en La Florida, en un complejo de propiedad del ex futbolista Vitamina Sánchez.
«Ocho cámaras de vigilancia y un empleado de seguridad no alcanzaron para evitar que nos roben. Así que ahora tendremos que gastar un poco más para que no nos pase otra vez». Ramiro, uno de los dueños del complejo de canchas de fútbol 5 «Tifosi», tiró el comentario mientras observaba la grabación del robo que sufrieron el jueves por la noche en el pasaje Don Orione (ex Nelson) al 600, barrio Refinería, a una cuadra de Avellaneda. Un robo que fue tomado por seis de las siete cámaras que tiene el complejo y duró exactamente tres minutos. En ese tiempo cuatro hombres armados se desplegaron en el complejo que ocupa media manzana, en los que había unos cien personas, y se llevaron un botín estimado de 8 a 10 mil pesos, entre la recaudación del lugar y las pertenencias de algunos clientes.
El asalto al complejo «Tifosi» ocurrió dos días después de que también tres hombres armados y semi encapuchados asaltaran el club de padel Punta Norte, ubicado en Aguero y Ricardo Gutiérrez, en barrio La Florida. Si bien entre los dos lugares existen unos seis kilómetros de distancia, ambos se produjeron en zona norte con mecánicas similares: misma cantidad de personas, armados, ocultos y actuando casi a medianoche. En el club de padel se llevaron alrededor de 2 mil pesos y pertenencias de los 20 clientes que había allí.
HABÍA UNAS 100 PERSONAS
Desde hace tres años, el complejo Tifosi se instaló en uno de los galpones de lo que fuera fábrica de envases de hojalata Centenera.  Un galpón de 16 mil metros cuadrados que durante más de una década permaneció en estado de real abandono. En poco más de la mitad de ese espacio, frente a la concesionaria Toyota Ginza y a metros de Forum Puerto Norte, se despliega el complejo con canchas de fútbol 5, parrilleros, bar y vestuarios. El complejo está sobre un enorme playón de estacionamiento para autos al que se ingresa por el pasaje Don Orione (ex Nelson) al 600, de cara a la parte trasera del colegio Boneo y de la parroquia San Juan Evangelista. Todo el lugar está monitoreado por siete cámaras de vigilancia y controlado por un sereno.
El jueves por la noche los ocupantes de cuatro de las canchas de césped sintético estaban a full. La gente ocupaba también la zona de los parrilleros. «A la hora que pasó todo suele haber dos o tres asadores ocupados. Es normal que los muchachos vengan a jugar al fútbol y después se queden a comer», explicó uno de los encargados del complejo. A las 22.57 había alrededor de 100 personas entre jugadores que terminaban sus partidos y los que se preparaban para hacer el recambio. Todo pasó justo en el cambio de turno. Sumados a los que esperaban comer el asado.
A las 22.57 y 40 segundos la cámara del playón de estacionamiento capta cuando tres motos con sus luces alta encendidas ingresan al lugar. Desde ese momento pasaron tres minutos para que las motos se marcharan de «Tifosi».
Mientras los ladrones caminaban hacia la escalera que conduce a las canchas la filmación expone como se iban cubriendo el rostro. Uno de ellos se quedó con el casco colocado. Con las motos se quedaron dos maleantes. Una vez en la planta alta, los ladrones se repartieron en escenario sin hacer grandes ademanes. Uno se quedó bloqueando el ingreso y los otros se concentraron en los del parrillero y las mesas. Otro, en solitario, caminó hacia el drugstore del lugar, ubicado en el punto más extremo del complejo a unos 70 metros del ingreso, y arremetió contra el encargado.
La filmación expuso que no hubo excesos de violencia y que el que manejaba el compás del golpe era el que obstruía el ingreso. El ladrón que fue al bar robó la caja, el celular del encargado y en su salida desplumó a los que se le cruzaron. Otro, un tanto entrado en kilos, comenzó a apilar algunos bolsos y mochilas. Cuando el de la entrada cantó retirada salieron tranquilos. Ninguno corrió. Caminaron hasta las motos y se fueron. El reloj marcaba las 23 con 40 segundos. Los que jugaban al fútbol ni se enteraron.
«Menos mal que no estaban algunos de los muchachos que son más picantes y que vienen a jugar algunas noches. ¿Qué pasaba si alguno se resistía? Les salió bien porque nadie se rebeló. ¿Pero si se rebelaba y empezaban a los tiros? Menos mal que no pasó nada. Los tipos la tenían súper clara», reflexionó el encargado.
Extraoficialmente se estimó que el botín que los ladrones se llevaron fluctúa entre los 8 y los 10 mil pesos, además de pertenencias y celulares. Fue la primera vez que los robaban. En la parrilla de «Tifosi» quedaron restos de pollos asados, una muestra de que cuando se fueron los ladrones a nadie le quedó humor para seguir comiendo. El caso fue denunciado en la comisaría 8ª.