«Si nuestra presencia en el barrio no es necesaria, sabremos dar un paso al costado»

La monja María Jordán dijo en un comunicado que «es el Estado» quien «deberá resolver el conflicto» de la usurpación de tierras en Empalme Graneros. También repudió los hechos violentos.

La religiosa María Jordán salió a aseverar que es el Estado quien «deberá resolver el conflicto» luego de la usurpación de tierras que ocurrió el pasado viernes en Empalme Graneros. La monja también aseguró que si su presencia y su colaboración con los vecinos del barrio «no es necesaria» está dispuesta a «dar un paso al costado y no continuar con la misión».

La hermana Jordán indicó en un comunicado que los terrenos usurpados el viernes fueron donados por el gobierno provincial en 2003.

Tras la ocupación, «las autoridades pertinentes decidieron el desalojo de dichos lotes, lo que llevó a un enfrentamiento totalmente ajeno a nuestra voluntad y al espíritu de nuestra obra», señaló.

Además de repudiar todo acto violento, señaló que «es el Estado» quien «deberá resolver el conflicto». También sostuvo que si su presencia en el barrio «no es necesaria, y si esto también llegara a ser la voluntad de la mayoría de los que habitan la zona, sabremos dar un paso al costado y no continuar con la misión».

El siguiente es el texto completo difundido por la hermana Jordán:

«A mediados de los años 90 comenzamos con nuestra Misión Franciscana María Madre de la Esperanza en Empalme Graneros, desde la Iglesia Católica y con el apoyo del Estado.

«A partir de allí iniciamos un hermoso camino. Nuestra labor nos llevó a la creación de un Centro Comunitario, que con el tiempo comenzó a dar forma a lo que hoy es un jardín de infantes para niños de tres y cuatro años, un comedor, talleres de oficios y de apoyo escolar, de capacitación en manualidades y costura, una biblioteca y asesoramiento jurídico. Ello, además de un centro de salud con atención odontológica, y asistencia de psicopedagogas, junto con una amplia bolsa de trabajo, como modo de apaciguar las carencias por las que atraviesan quienes menos tienen, y asegurarles salud, educación y formación necesaria para una vida digna en cumplimiento de sus derechos.

«Para la continuidad de la obra, el gobierno provincial, por ley de expropiación N°12.176 del año 2003, donó una serie de lotes para el Centro Comunitario, que pertenecían a una quiebra y cuyo dominio era inexistente, y además se encontraban totalmente desocupados por tratarse del denominado basural de Empalme.

«Como es de público conocimiento, dichos terrenos fueron usurpados el pasado viernes 10 de mayo a las 15 horas. Luego de la ocupación, las autoridades pertinentes decidieron el desalojo de dichos lotes, lo que llevó a un enfrentamiento totalmente ajeno a nuestra voluntad y al espíritu de nuestra obra. Ante tal acontecimiento queremos solidarizarnos con los heridos, y mostrar nuestro respeto para con los familiares, porque la violencia no forma parte de nuestra misión que aboga por la promoción humana y el crecimiento espiritual de las personas.

«Siguiendo nuestro carisma franciscano, de usar sólo el arma del amor y la entrega, creemos que es el Estado quien poniéndose al frente de la cuestión social, política y cultural, deberá resolver el conflicto, pues si considera que nuestra presencia en el barrio no es necesaria, y si esto también llegara a ser la voluntad de la mayoría de los que habitan la zona, sabremos dar un paso al costado y no continuar con la misión.

«Nada tenemos que ver con la violencia que se generó entre los ocupantes y las autoridades. Deseamos que no se vuelvan a repetir, y que vuelva la calma, la paz y la esperanza.

«Que la Patrona del Barrio, María Madre de la Esperanza, interceda para que los vecinos vuelvan a relacionarse en paz, por el bien de sus hijos que frecuentan el Centro Comunitario.

«Dios bendiga a todos los que trabajamos con mucho amor infundiendo esperanzas a nuestros hermanos necesitados.

«Asociación Franciscana María Madre de la Esperanza. Centro Comunitario. Presidenta, Hermana María Jordán y Comisión Directiva».

(La Capital)