Dos millones y medio de personas marcharon a Luján al santuario de San Cayetano

La celebración en honor a la Virgen congregó la mayor multitud desde que se iniciaron las procesiones juveniles en la década de 1970.

Unos dos millones y medio de personas arribaron ayer a la basílica de Luján, tras participar de la trigésimo novena peregrinación juvenil iniciada anteayer en el santuario de San Cayetano del barrio porteño de Liniers, marcando un récord histórico para esta impactante celebración de fe.

   Una multitud peregrinó durante horas hasta el santuario de la patrona de Argentina, en una de las mayores manifestaciones católicas del país de la que se tenga memoria, bajo el lema “Madre, cuidá la fe de tu pueblo que camina”.

   La columna principal, con la imagen cabecera de la Virgen, salió anteayer el sábado a las 12.27 del santuario de San Cayetano del barrio porteño de Liniers y llegó a las siete en punto de ayer a la basílica de Luján, en medio de aplausos y vítores de los emocionados devotos.

   Minutos después, la imagen fue el centro de la escena de la celebración que ofició el arzobispo de Buenos Aires y Primado de la Argentina, monseñor Mario Aurelio Poli, junto a los obispos de las Diócesis de la provincia de Buenos Aires y otros sacerdotes de distintas parroquias.

   “La fe no se negocia ni se claudica”, dijo Poli en su homilía.

   El arzobispo se dirigió a los fieles como lo hacía su predecesor Jorge Bergoglio, hoy jefe de la Iglesia Católica: “Te saludo con el saludo del Papa Francisco: que a todos la Virgen los guíe mucho”.

   Fuentes policiales y eclesiásticas señalaron que la manifestación convocó a unos dos millones y medios de personas.

   La homilía de monseñor Poli estuvo centrada en la fe y en el encuentro con la Virgen, fue eminentemente religiosa, sin alusiones a la actualidad social, política y económica del país.

   Poli inició sus palabras con el recuerdo de la Visitación de la Virgen a su prima santa Isabel, para lo cual recorrió embarazada, en caravana, 100 kilómetros.

   “Y lo hizo para anunciar lo que llevaba en su seno, a su Hijo, nuestro Señor Jesús. La alegría de su prima Isabel es semejante a la profunda emoción que cada una de ustedes experimentó cuando llegaron al santuario de la Madre, aquí en Luján”, dijo el prelado.

   Poli señaló que “hay muchos modos de confesar la fe, con la boca para alabar, con las manos para ayudar al prójimo con buenas obras, y también se la confiesa con los pies para imitar a María misionera que no dudó en salir a los caminos para anunciar a Jesús”.

“Soy de la Virgen”. Monseñor Poli resaltó que “recurrimos a la Virgen porque es compañera en el camino de la vida y enseña a conservar en el corazón las cosas de la fe, las que Dios quiso revelar a los que creen, a los humildes: cuidar nuestra Fe es una tarea delicada y sólo se puede confiar a la custodia de una madre como María”.

   Se refirió al “negro”, Manuel, sacristán de la Virgen de Luján, que cuidó la imagen durante muchos años y que decía “Soy de la Virgen, nomás”.

   Los mensajes en twitter y otras redes sociales alentaron a los peregrinos a lo largo de los 63 kilómetros que separan Liniers de Luján, aunque otras columnas salieron de la localidad de Merlo y muchos otros fieles se congregaron directamente frente al templo.

   Desde mediados de la década de 1970 cuando comenzó esta muestra de fe, es la vez que más gente concentró.

(La Capital)