Ejecutaron a un hombre y balearon a otro en una frustrada entradera en la zona sudoeste

Una secuencia agobiante. Fue a las 6 de ayer en Riobamba al 4300 cuando Leonardo Perrone se aprestaba a ir a trabajar. A su padrastro lo hirieron.

Un hombre de 38 años fue asesinado ayer a la mañana en un violento intento de asalto en su casa de zona oeste. La fallida entradera, de la que participaron tres hombres armados que realizaron unos ocho disparos, dejó también dos familiares de la víctima heridos, uno de ellos de gravedad. Como hace 10 días con el homicidio de Mariano Bertini, cuando un grupo de delincuentes pretendió ingresar a su casa de Lima al 800 y baleó a su papá, el hecho de ayer tuvo repercusiones en el ámbito pólitico. En cuanto al hecho en sí, al cierre de esta edición había tres sospechosos identificados y buscados en la misma zona del asalto.

El sangriento atraco ocurrió a las 6 de la mañana en Riobamba 4354. A esa hora un joven de 18 años intentaba arrancar su auto para ir a trabajar y como no podía pidió ayuda a su cuñado, Leonardo Ezequiel Perrone. Entonces aparecieron tres ladrones armados y, al verlos venir, las víctimas entraron a la vivienda. Pero un asaltante alcanzó a ingresar con ellos y se originó un forcejeo mientras los cómplices del ladrón efectuaban tiros desde la vereda.

Perrone murió en el lugar ante una de sus hijas, de 18 años, que se preparaba para ir a la escuela. El padrastro del muchacho, un taxista de 62 años, recibió al menos tres balazos por los que tuvo que ser operado en el Heca y anoche permanecía internado con pronóstico reservado. En tanto, el cuñado de la víctima fue herido en una pierna y asistido en el hospital Carrasco.

Forcejeo. El fiscal de Homicidios Dolosos Florentino Malaponte, a cargo de la investigación, reseñó lo ocurrido sobre la base de la información recabada en el lugar. Contó que todo se precipitó cuando las víctimas trataban de hacer arrancar el auto de una de ellas y vieron venir a tres hombres con intenciones de robo. «Volvieron a la casa y estas personas los siguieron. Uno logró ingresar y se originó un forcejeo. Los cómplices que quedaron en la vereda y comenzaron a disparar contra la vivienda, suponemos que para cubrir al delincuente que estaba adentro», narró Malaponte.

El fiscal sostuvo que aún no se estableció si el robo fue al voleo o si los hampones esperaban a las víctimas para emboscarlas. Tampoco se pudo determinar si el objetivo era ingresar a robar en la casa o llevarse el auto. Y añadió que en la vereda se hallaron seis vainas calibre 9 milímetros, aunque no se sabía si pertenecían a la misma pistola.

En ese sentido, agregó que se tomaron muestras de huellas dactilares de las paredes de la casa y muestras de ADN de las uñas de las víctimas que forcejaron con el ladrón, que podrían servir para identificarlo. Y remarcó que será clave el testimonio de una de las hijas de Perrone, que vio lo ocurrido.

Malaponte también afirmó que las víctimas estaban desarmadas y que, a priori, los disparos recibidos por Leonardo (algunos en el cráneo) no habían sido a quemarropa sino desde mediana y larga distancia.

El fiscal también expresó su preocupación por la excesiva violencia manifestada en los casos que investiga. «Todas las semanas surgen casos de estas características, muy violentos, en los que se emplean armas de calibres mortales. Esto parece indicar, además de un gran poder de fuego, que no hay límites. Es preocupante observar la violencia desmedida, expresada en la cantidad de disparos efectuados a personas desarmadas».

En el suelo.Si bien las pruebas colectadas ayer daban la impresión al fiscal de que los disparos mortales se habían realizado desde afuera, la madre de Leonardo relató haber visto cómo mataron a su hijo «en el suelo, como a un perro».

«Mi yerno estaba sacando el auto para ir a trabajar. De pronto lo veo a Leonardo agachado, en el suelo. A mí también me arrastraron por el pasillo, decían «dame todo, la plata, los celulares». Tratábamos de que no entraran los de afuera, pero ellos empujaban. Y el que quedó adentro le apuntó a mi hijo y le disparó tres veces. Lo mató como a un perro», fue el desgarrador testimonio de la mujer, que pidió llorando: «Quiero que encuentren al que lo mató».

Ayer a la mañana la cuadra de Riobamba al 4300 parecía una sala velatoria a cielo abierto y sus vecinos se condolían como integrantes de una misma familia. «A cualquiera de nosotros le pudo haber pasado», repetían hombres y mujeres de todas las edades. Sin embargo, ninguno se sorprendió por algo que la cotidianidad barrial les hacía inferir que tarde o temprano sucedería.

«Mi marido escuchó los tiros cuando se levantó», dijo una mujer de la cuadra. «No escuché los tiros, pero a las 6 los perros estaban desesperados y escuché unos pasos raros», recordó otra vecina.

Testimonios como esos se intercalaban con otros más generales: «De Avellaneda para acá (el oeste) está imposible», decía un verdulero. «Ya no podemos vivir así», aportaba una clienta. «Tienen que abrir las calles», pedía otra mujer. «¿Alguien sabe cómo está el hombre?», preguntaba una vecina sobre el padre de Leonardo. En tanto, frente a la casa de Riobamba 4354 se congregaba un grupo de treintañeros. «Somos amigos, no sabemos bien cómo pasó», alcanzó a decir uno.

Del barrio. Sobre la identidad de los delincuentes, todos los testimonios dijeron que habían llegado y escapado a pie. Ese dato hizo crecer la idea de que pueden ser de la zona y varios vecinos refirieron sobre la existencia de ladrones que habitan en un pasillo cercano.

Sobre el mediodía no había pistas que ratificaran esa teoría ya que no hubo vecinos que vieran a los ladrones y ninguna de las víctimas los conocía. Sin embargo, la investigación avanzó a media tarde con allanamientos y otras medidas que permtieron identificar a tres sospechosos que eran intensamente buscados al cierre de esta edición.

«Que dé un paso al costado»

Roberto Sukerman, concejal del Frente para la Victoria, cuestionó al ministro de Seguridad de la provincia, Raúl Lamberto, y aseguró que “debe dar un paso al costado más allá de su integridad moral, lo que nadie discute. Pero desde que asumió, en junio de 2012, la situación en todo la provincia ha empeorado notoriamente. Hubo 529 asesinatos, se desató el narco escándalo que tuvo al ex jefe de policía Hugo Tognoli como principal protagonista, en Rosario ya suman 170 las víctimas fatales del año, uno cada 36 horas. El cargo le quedó demasiado grande”.

(La Capital)