Le secuestraron el auto y enojado incendió un patrullero policial

El hecho fue en Los Molinos. En una noche de ira, así procedió cuando las autoridades le secuestraron su auto por conducción peligrosa. El atacante es conocido en el pueblo como El Rosarino. Negó los cargos en su contra.

Un episodio de violencia con ribetes casi cinematográficos se registró en la pequeña localidad de Los Molinos cuando un hombre de 34 años al que le habían secuestrado su auto por conducción peligrosa reaccionó de la peor manera y terminó incendiando un móvil policial que se encontraba estacionado frente la comisaría local.

El insólito e inusitado episodio, que ocurrió el domingo a las 2.30 aunque recién trascendió ayer, causó indignación y conmoción en esta pequeña y tranquila comunidad del departamento Caseros donde viven poco más de dos mil habitantes.

El supuesto autor del hecho, identificado como Jesús R., y conocido en el pueblo como El Rosarino negó los cargos en su contra, aunque continuará detenido al dictarse ayer su prisión preventiva por 30 días, en el marco de una audiencia imputativa desarrollada en Casilda. El imputado no tendría antecedentes penales.

El sujeto había sido apresado poco después de presuntamente atentar contra el patrullero policial y luego, por razones de seguridad ante el malestar social que generó el vandálico episódico, fue trasladado al edificio de la jefatura de policía de Casilda aunque debido a refacciones que están realizando en su alcaidía se indicó que su próximo destino de alojamiento se cumplimente en alguna de las cárceles del sistema penitenciario de la provincia.

La historia comenzó el sábado a las 20, tras recibirse en la comisaría de Los Molinos llamados telefónicos de vecinos advirtiendo que un Ford Sierra se encontraba realizando maniobras peligrosas por las calles del pueblo.

Al tomar conocimiento de la situación, la policía salió a su búsqueda hasta que logró localizar e interceptar el vehículo a pocos metros de la casa de su conductor y propietario que, según la versión oficial, dijo no llevar consigo su identificación personal ni del coche para luego descender ofuscado e increpar a los uniformados que ya habían dado aviso a una inspectora comunal para que interviniera en la falta de tránsito.

Cólera. El hombre habría montado en cólera al enterarse que, orden mediante del Juzgado de Faltas comunal, le tenían que secuestrar su auto por infringir las reglas, razón por la cual aseguran que primero insultó y luego arremetió a empujones contra una mujer policía e intentó golpear a un uniformado, para luego salir corriendo hacia su domicilio de Carlos Casado al 200.

Desde allí, lejos de calmarse, siguió insultando y hasta habría redoblado su apuesta al amenazar con «quemarlos a todos», según revelaron fuentes policiales. Una vez alejados de la casa tras poner en conocimiento de la situación a la Fiscalía de Casilda, creyeron que nada más sucedería.

Siniestro. Sin embargo unas horas más tarde un nuevo capítulo de ira y espanto comenzaría cuando el personal que se encontraba de guardia en la comisaría escuchó una explosión y al salir a la vereda se topó con la desagradable sorpresa que estaba incendiándose la Ranger de la repartición.

Además de observar el fuego que salía de la ventilla del móvil que aparentemente fue rota para provocar el siniestro aseguró que el responsable de tamaño ataque fue El Rosarino al identificarlo cuando salió corriendo del lugar vestido con un pantalón tipo bermuda y su torso desnudo.

Los esfuerzos de los bomberos voluntarios locales no alcanzaron para ganarle la pulseada a la llamas que devoraron la camioneta que era usada junto a la otra unidad —un auto— y ahora único móvil policial que quedó para tareas de patrullajes en Los Molinos.

El caso caratulado amenazas y resistencia a la autoridad, daños calificado e incendio intencional es investigado por la fiscal titular del Ministerio Público de la Acusación de Casilda, Marianela Luna, quien tras ordenar la detención ayer solicitó en una audiencia la prisión preventiva sin plazo para el imputado, aunque el juez interviniente Carlos Pareto resolvió que sean 30 días mientras que la defensa había solicitado su libertad. Si bien no surgieron mayores detalles trascendió que El Rosarino negó haber sido el autor del hecho en Los Molinos, donde habría desembarcado hace poco tiempo para ganarse la vida con tareas de albañilería y changas.

El episodio no para de generar indignación en esta comunidad cuya relación con la policía y sus autoridades sigue siendo buena, lo que potencia aún más la sensación de bronca por lo sucedido. El jefe de la UR-IV Caseros calificó al hecho como «lamentable» tras destacar los esfuerzos que se hacen para mantener en buenas condiciones los móviles que provee la provincia. Y dijo que hará gestiones para reponer el móvil que perdió la comisaría de Los Molinos.

(La Capital)