La Mafia Rusa y sus socios Búlgaros: Los Espías

El Comité de Seguridad del Estado búlgaro (Darzhavna Sigurnost) fue creado tras la imposición del régimen comunista en 1944, aunque, anteriormente también existieron servicios de seguridad en Bulgaria pero, como en la mayoría de los países europeos, de tamaño y escala de operación limitados.

En 1964, la seguridad estatal formó un servicio de la Unidad 7, liderado por el coronel Petko Kovachev, dedicado al asesinato, secuestro y desinformación contra los disidentes búlgaros residentes en el extranjero.

La unidad ejecutó acciones contra disidentes en Italia, Gran Bretaña, Dinamarca, República Federal de Alemania, Turquía, Francia, Etiopía, Suecia y Suiza.

Los documentos que describen sus actividades fueron desclasificados hasta 2010.

El “DS” gozaba, -hasta 1989, año en el que se dio por concluida la denominada “Guerra Fría”, según especialistas en el tema-, de la estima de la cúpula soviética central por su eficacia y su fiabilidad.

En su momento fueron insistentes las versiones que señalaban que la inteligencia búlgara fue la responsable de la muerte del escritor disidente búlgaro Giorgi Markón, el que fue abatido con un paraguas con la punta envenenada con ricino, en momentos en que cruzaba el puente de Waterloo, en 1978, cuando trabajaba en Londres, para la BBC.

Sin embargo, el fuerte del servicio de inteligencia de Bulgaria no era el espionaje, como cualquiera podría suponer. La actividad más lucrativa que dominaba no era otra que el contrabando de drogas, armas y la tecnología de punta de la década del 70.

Pocos saben que los espías habían formado la empresa Kintex, que se dedicaba a explotar el monopolio de la exportación de armas búlgaras y para ello utilizaba “a full” a los guardias fronterizos. El mercado era óptimo en regiones en conflicto como África y Oriente Medio.

Las armas eran entregadas a grupos insurgentes africanos, aunque –no se privaban de nada- los espías completaban su negocio con ocasionales operativos de tráfico de personas y, en algunos casos, antigüedades de arte.

Incluso había espías que se “especializaban” en el comercio de “Kaptagón”, la anfetamina originaria del Estado que nos ocupa, donde alcanzó enorme popularidad por sus capacidades alucinógenas.

En la década del 70, nos dicen, el 80% de la heroína pasaba por Bulgaria e inundaba, al decir de los búlgaros “la Europa capitalista con droga barata”.

El “DS”, encargó a científicos del país suministrar a la Unión Soviética tecnología avanzada sobre la cual el Comité Internacional que incluía a EE.UU, Japón y Europa Occidental había impuesto embargos.

En dos años los espías establecieron empresas clandestinas en el extranjero que produjeron 1.000 millones de dólares de ganancias, generados por la comercialización ilegal de tecnología.

Entre 1981 y 1986 los científicos búlgaros aportaron al Estado 580 millones de dólares, con el aporte del Servicio de Contrainteligencia Militar búlgaro que dirigía el general Chergelanow, suegro de Ilma Paulón, la persona que era la imagen más popular de Bulgaria en los 90.

La inteligencia de Bulgaria completaba su negocio con tareas de protección a las redes de bandas callejeras que se dedicaban a la “protección” de personas (curiosamente, la tarea con la que comenzaron a desarrollarse en Rosario las primeras bandas de mafiosos).

En1992, ex policías y espías tenían estrangulada a la sociedad búlgara. Y recién empezaba esa parte de la historia de las mafias que venimos contando para Cuna de la Noticia.

Sin duda alguna, faltaba mucho por hacer.

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Ricardo Marconi

Licenciado en Periodismo. Posgrado en Comunicación Política. rimar9900@hotmail.com