Dilma Rousseff fue elegida para suceder a Lula con el 56 por ciento de votos

Dilma Rousseff, la candidata impulsada por el presidente Lula da Silva, se convirtió ayer en la primera presidenta de Brasil al imponerse ampliamente en el ballottage a su adversario, José Serra, por 56% contra 44% de los votos, luego de un rápido escrutinio gracias al sistema de sufragio electrónico y pese a que votaron más de 100 millones de personas. La abstención superó el 21%. El resultado confirmó plenamente los sondeos previos y habilita al Partido de los Trabajadores (PT) de Lula a continuar otros cuatro años en el poder. Así alcanzará un total de 12 años continuado, desde que en enero de 2003 Lula asumió la presidencia por primera vez.

Rousseff dio anoche un sereno discurso de triunfo desde un hotel en Brasilia, en un recinto limitado y sin una multitud de militantes que la ovacionara. Leyendo un texto, valoró el mantenimiento “de la paz social” y prometió sostener “la estabilidad económica”. Sobre las polémicas con la prensa comentó: “Prefiero una prensa libre al silencio”. Con un tono mesurado, casi frío, Rousseff buscó hablarles a todos los brasileños y no sólo a la base del partido. “Durante el gobierno de Lula se logró una enorme movilidad social”, elogió Dilma a su jefe político. Rousseff gozó durante la campaña del vital apoyo de Lula, quien termina su segunda presidencia con más de 80% de popularidad. Lula no podía postularse a un tercer período consecutivo.

El gran arquitecto. Lula, el gran arquitecto de Rousseff, destacó que no intervendrá en el gobierno de su heredera, quien lo sucederá al frente del Ejecutivo el próximo 1º de enero. Anoche Lula incluso no participó del acto de triunfo del PT para no opacar a Dilma. Luego de votar, Lula, de 65 años, descartó que vuelva a ser candidato. “No considero participar de nuevo”, en las elecciones de 2014. La legislación electoral brasileña solo permite una reelección consecutiva, pero no establece límites para que un ex presidente vuelva al cargo en forma no consecutiva. “Dilma necesita construir un gobierno a su manera, con personas en las que ella confíe”, remarcó.

Desde la moderna capital de Brasilia hasta las favelas de Río de Janeiro, los votantes repitieron lo que ha sido el tema que definió la campaña: la esperanza de que Rousseff continúe con los programas sociales y las políticas económicas del presidente saliente. “El país nunca ha estado tan bien como ahora”, dijo Milton Carneiro, un ingeniero que votó por Rousseff en Brasilia. “Espero que las cosas continúen así”, agregó.

Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) afirmó al momento de votar que enfrentaba “una batalla desigual”, en aparente referencia a la economía en crecimiento, que ha llevado a muchos brasileños a comprarse por primera vez un auto, o cambiar de televisor y de otros bienes para el hogar. Este sostenido auge del consumo tiene como base una economía que crece de manera permanente y con baja inflación, mientras Brasil gana status de potencia global y coloca productos en distantes mercados.

Rousseff, quien superó hace poco un cáncer y era candidata por primera vez a un cargo electivo, no logró ganar en la primera vuelta del 3 de octubre. En aquella ocasión, la protegida de Lula obtuvo el 47%, sin llegar al 50% que necesitaba para evitar la segunda vuelta. Rousseff es una economista que ha hecho toda su carrera en el sector público y afiliada al PT.

Poco antes del primer turno, una serie de denuncias de corrupción contra la sucesora de Rousseff al frente de la jefatura de gabinete, Erenice Guerra, y denuncias de sectores religiosos sobre su postura al parecer favorable al aborto, dañaron a la candidata de Lula y la forzaron a concurrir al ballottage realizado ayer.

Elogios en la favela. A los brasileños más pobres les ha ido muy bien durante los ocho años de mandato de Lula. En la favela Rocinha, de Río de Janeiro, Juarez Alves, de 50 años, dijo que la reactivación económica ha transformado tanto a la Rocinha como al empobrecido Estado nordestino del que es oriundo. “Donde vive mi madre ahora hay luz, agua y la ciudad está toda bonita”, afirmó Alves, un portero, después de votar por Rousseff. “Lo que Lula hizo por el Nordeste no lo hizo nunca nadie”, agregó.

(l.c)