Auto descontrolado derribó un puesto de diario

Rosario Norte. Un Citroen Aircross que circulaba a alta velocidad perdió la línea de manejo y por la violencia del impacto descalzó un kiosco que estaba cerrado.

La tarde de ayer de Pichincha se vio sacudida por una colisión de ribetes cinematográficos. El tradicional barrio rosarino fue testigo involuntario de un violento choque, en el que un auto tumbó un puesto de ventas de diarios ubicado en la esquina de avenida del Valle y Callao. Por suerte, a esa hora estaba cerrado, con las persianas bajas y no hubo que lamentar heridos.

El accidente, tremendo desde el impacto visual que generó, se registró alrededor de las 15, cuando un Citroen C3 Aircross negro, que circulaba a alta velocidad, presumiblemente perdió el control, chocó primero una columna de alumbrado y de inmediato al puesto de diarios que está instalado frente a la estación de trenes Rosario Norte.

El conductor del vehículo, que transitaba de norte hacia el centro por avenida del Valle, en un hecho al que le restan dilucidar sus causas, perdió la línea de manejo, embistió la columna de alumbrado público y derrumbó peligrosamente el kiosco.

Según los vecinos del lugar, si eso hubiera ocurrido un par de horas antes «hubiera provocado una verdadera tragedia», ya que al mediodía circula una gran cantidad de gente por esa zona y el puesto de diarios está abierto.

«Fue un accidente con suerte. En otro horario, hubiera sido un desastre», dijo una empleada de un negocio ubicado por Callao.

El impacto del coche fue de tal magnitud que logró descalzar el puesto de ventas de periódicos. Según testigos, en su descontrolada y loca carrera el auto golpeó también a un Clío azul que estaba en el lugar y sufrió algunos daños leves.

Ante la extrañeza general, el titular del Citroen, que se trasladaba con su hijo, llegó a contar con voz entrecortada tras el llamativo choque que viajaba a alta velocidad porque se le había trabado el acelerador, aunque en un primer momento no supo precisar con qué elemento, debido a su perturbador estado de shock.

En el mismo sentido se dirigieron las declaraciones de los dueños del kiosco. «El conductor del Citroen dijo que se le trabó el acelerador, rozó a dos vehículos y después se estrelló contra el puesto», comentó Marcelo, hijo de Nelson Rodríguez, propietario del negocio. «Esto es una locura», agregó.

Marcelo y su padre se quedaron toda la tarde tratando de rescatar y recuperar las pocas cosas que quedaron sanas luego del tremendo impacto.

(La Capital)