Norma Castaño: “Tognoli me decía que al que tocaba plata de la droga le cortaba las manos”

Con el juicio al ex jefe policial en desarrollo, Norma Castaño, víctima de amenazas en una de las causas que enfrenta Tognoli, contó cómo fue darse cuenta del problema de adicción de su hijo, de su lucha y de la desilusión al descubrir complicidades en la fuerza.

Tras el inicio del juicio oral al ex jefe de Policía santafesino, Hugo Tognoli, la titular de Madres Solidarias y víctima en una de las causas que lo llevaron al banquillo, Norma Castaño, habló de su hijo, Gabriel, de su pasado y su presente. Contó cómo fue darse cuenta de su problema de adicción, de su lucha para conseguir que encierren a quienes le proveían de drogas y finalmente de la desilusión que se llevó al enterarse que quienes debían buscarlos, eran sus cómplices. Entre ellos, Tognoli a quien había acudido cuando descubrió que Daniel “Tuerto” Mendoza –acusado de ser el beneficiario de la protección del ex comisario– estaba cerca de su hijo. “Me decía que al que tocaba plata de la droga le cortaba las manos”, señaló. El juicio que se inició este lunes es por el presunto encubrimiento de Tognoli y otro policías a Mendoza.

“Llegué a comprar droga y llevársela al juez”, recordó Castaño sobre los tiempos en los que reunía desesperada pruebas para conseguir que la Justicia pusiera tras las rejas a los traficantes del barrio. Por aquella época, advirtió, pensaba que si lograba que todos los dealers quedaran detenidos, su hijo no consumiría droga de nuevo. Hoy en día, aseguró, entiende que la lucha contra la adicción es una batalla muy personal y de todos los días.

En diálogo con Radiópolis, contó que Gabriel comenzó a consumir drogas durante la secundaria; más precisamente, en un cumpleaños de 15. Un grupito de chicos fumaba marihuana y él –relató– para no quedar excluido, aceptó.

“Hoy me pide perdón. Cuando pudimos llorar los dos me dijo: mamá no te sientas culpable, porque la culpa es mía porque yo soy un mal aprendido, porque no aprendí de las cosas buenas que ustedes me enseñaron”, compartió.

Actualmente Gabriel está recuperado –“no curado”, aclara Castaño–, está casado y tiene cinco hijos, pero Norma teme todos los días que vuelva a caer en el infierno de las drogas. Aseguró que Gabriel cambió después de su adicción y la familia nunca se pudo levantar del todo.

(Rosario3)