Preocupante: Aumenta el consumo de poxirrán en los jóvenes

La presidenta del Colegio de Profesionales del Trabajo Social de la provincia de Santa Fe, Natalia Juárez, señaló que niños y adolescentes volvieron a aspirar pegamento para saciar el hambre, tal como sucedía en la década del 90.

Por Rodrigo Arévalo/El Ciudadano

El hambre golpea en las zonas más humildes de la ciudad y las drogas, ya sean legales o no, son vistas por muchos jóvenes como una manera de menguar el sufrimiento. La presidenta del Colegio de Profesionales del Trabajo Social de la provincia de Santa Fe, Natalia Juárez, alertó por el crecimiento de las adicciones, principalmente de un elemento que fue un símbolo de la década del 90 y cuyo consumo volvió a incrementarse: el poxirrán.

Este pegamento genera una sensación de saciedad en niños y adolescentes. El efecto del poxirrán hace que los chicos no sientan hambre, pero genera severas complejidades a mediano plazo y una fuerte dependencia. “Los niños y jóvenes que viven en una situación de desamparo consumen drogas para llenar un vacío material y simbólico”, dijo el especialista de la ONG Vínculo Horacio Tabares, con dos décadas de trabajo territorial, a El Ciudadano y alertó por el daño que causan los productos inhalantes: “Tienen solventes que afectan todos los sistemas orgánicos. Afectan el sistema nervioso central en pibes que todavía se están desarrollando. Estas alteraciones se van a expresar en su conducta y aprendizaje”.

Un referente de la organización social Causa, Facundo Peralta, indicó que la situación económica actual es el motivo del incremento de chicos que se drogan con poxirrán: “Al tener menos dinero, buscan drogas más baratas y el poxirrán es una de ellas. Además, es muy fácil de conseguir porque es un producto legal que se vende en cualquier ferretería”.

Alejandra Fedele, del Movimiento Evita, coincidió en que el uso de pegamento como droga “se profundizó en este último tiempo” y señaló que el efecto del poxirrán está directamente vinculado con la falta de alimentos y calefacción. “Aspirando pegamento se les va el hambre y el frío. Llama la atención que cada vez son más chiquitos, empiezan a los 8 años. Evidentemente hay un mayor que se los compra, porque las ferreterías no pueden venderles a menores de edad”, dijo a El Ciudadano.

Juárez enumeró las políticas de asistencia directa del Estado “que hoy quedaron desfasadas” como consecuencia del incremento de las adicciones. “La Asignación Universal por Hijo tiene un monto ínfimo que no llega a cubrir ningún tipo de necesidad. La Tarjeta Única de Ciudadanía (TUC), que es provincial, tiene un monto de sólo 190 pesos”, expresó Juárez al programa Trascendental, que se emite por LT8.

Por otra parte, denunció “una retirada de los tres niveles del Estado”. “Sólo quedan centros de salud y hospitales provinciales”, alertó.

Nunca se fue

Si bien el poxirrán es un símbolo de la década del 90, los referentes sociales coinciden en que nunca desapareció por completo.

Sin embargo, reconocen que hubo una merma en su consumo gracias a políticas de Estado que mejoraron la situación de familias de bajos recursos. Entre estas, destacaron la Asignación Universal por Hijo.

“Es algo que estuvo siempre, pero ahora se ve en mayor cantidad”, dijo Peralta.

“Es algo que se profundizó en estos tiempos y ya no sólo se ve en chicos de la calle, sino en otros que tienen casa y una familia”, manifestó por su parte Fedele.

En tanto, el psicólogo social Tabares vinculó la situación de pobreza extrema e indigencia que se incrementó en este último tiempo al aumento de la vulnerabilidad de la población.(Rodrigo Arévalo/El Ciudadano)