Tenso cruce entre el oficialismo y la oposición en Diputados

Pese a las chicanas de Kicillof y los pedidos de renuncia de Moreau, el jefe de gabinete mostró una actitud zen en Diputados.

Marcos Peña mostró una nueva cara en su informe en Diputados y evitó confrontar con la oposición, en medio de la búsqueda de un «gran acuerdo nacional» para que el Gobierno encare la negociación con el Fondo Monetario Internacional.

«Por respeto a los argentinos, al momento que vivimos, a los desafíos que nos planteamos, no voy a contestar las agresiones, las chicanas, las amenazas a la democracia, la prepotencia, el desconocimiento a las herramientas estatales, que han manifestado. Simplemente doy paso al próximo bloque», respondió el jefe de Gabinete ante la primera oleada de preguntas picantes de los diputados del kirchnerismo, que exhibieron en sus bancas la pancartas con la frase «Macri miente».

Todas aludieron a la crisis económica suscitada con la corrida cambiaria y a las polémicas negociaciones con Christine Lagarde. «¿Por qué ponen un techo de 15% en paritarias y el sector especulativo gana 40%? No son el mejor equipo de los últimos 50 años, sino los empleados del mes del Fondo Monetario», gritó Mario Cleri.

«Argentina no tiene precios», se alarmó el rionegrino Martín Doñate y le recordó a Peña que el tío Federico Braun, dueño de La Anónima, pierde plata con su Gobierno. «Pregúntele a él», se escapó el jefe de Gabinete.

Los golpes más duros los aplicaron Leopoldo Moreau y Axel Kicillof, para quien la semana pasada Macri protagonizó la peor corrida bancaria de la historia. «¡Es increíble! Diez mil millones de dólares que se fugaron, el dólar a 25, la tasa de interés a 40, y todavía faltan las consecuencias», se indignó.

«Esperaba que viniera otro jefe de Gabinete, porque alguien se tiene que hacer cargo», lo había atacado el radical y exigió identificar a los Bancos «como el JP Morgan», que compraron dólares a 20 para venderlo a 25. Además, detalló las supuestas ganancias financieras de BlackRock, el fondo que frenó la corrida comprando un bono argentino en pesos. «Caputo es el bobo de Wall Street», atacó.

Una descripción similar hizo más tarde el industrial massista José Ignacio De Mendiguren, que habló de una fallida reunión entre Federico Sturzenegger y Enrique Cristofani, del Banco Santander. «No conozco la agenda del Banco Central», se escudó Marcos, decidido a no chocar.

Parecían bien lejanos aquellos días de furia, cuando llegó a gritarles «¡Háganse cargo!» a los kirchneristas y luego mandó a imprimir remeras con ese slogan. Negó que haya techo a paritarias y reivindicó el acuerdo con el FMI por ser un prestamista de última instancia que ofrece mejores tasas de interés.

«La ley es clara, el acuerdo no tiene que pasar por el Congreso», aclaró. «El problema de base es que gastamos más de lo que ingresa y hasta que no resolvemos eso estas cosas van a pasar», insistió una y otra vez, siempre calmo y sumamente cuidadoso de sus palabras.

Había dedicado su discurso inicial a la crisis financiera y la vuelta del FMI. «Ya pasó lo más difícil», «No vamos a reducir nuestra soberanía sino nuestra nacional», fueron algunas de sus frases.

Elogió «el camino del gradualismo», tan cuestionado por estos días y llamó a construir «consensos» para una ley de tarifas, pese que ayer los senadores peronistas acusaron no haber recibido llamado alguno

«Gracias a las medidas que fuimos tomando en el diseño del programa económico y en el fortalecimiento, centralmente, de nuestro Banco Central, contamos con las herramientas para amortiguar el impacto de esa volatilidad», afirmó Peña.

«Si hay una visión alternativa a que nuestro déficit fiscal se puede financiar por otra vía, la escucharemos. Ahora, rechazaremos la demagogia de plantear al mismo tiempo ‘no se endeuden, reduzcan el déficit, reduzcan los impuestos’, porque creo que eso es subestimar a los argentinos. No vamos a ceder con el compromiso de decir la verdad», concluyó, en voz baja.

El bloque Argentina Federal, identificado en los gobernadores, pidió no demorar la obra pública como anunció Nicolás Dujovne y el jefe de Gabinete terminó admitiendo que pedirá bajar el gasto en cada territorio del país para 2019.

«Hay que lograr que en los próximos años la discusión de los representantes de la provincias no sea qué pago o qué obra no se le dio, sino discutir políticas macro y rectoras para que cada provincia pueda mostrar su plan de obra», anheló.

Aclaró que muchas obras planeadas para este año no continuarán, pero sí las ya iniciadas. «Pero tenemos una gran noticia, como la licitación de los Programa de Participación Pública Privada», buscó matizar.

El massismo siguió en su versión radicalizada modelo 2018. «Se tomaron estos dos años para resolver cuestiones que cuando estaban en la vida privada no estaban tan prolijas. El Correo es el mejor ejemplo. Ustedes perdieron demasiado tiempo», atacó Graciela Camaño.

«Se quedaron con un sólo objetivo económico: rezarle a San Fondo de Monetario Internacional. No nos pueden decir que es el que mejor presta después de pagar tasas a 100 años u otras que triplican las del Fondo».

También pidió investigar la corrida»¿Quién se llevó la plata? ¿Quién nos metió en este caos del que no salimos? Estuvimos dos años y medio hablando de la timba financiera y nos ninguneaban».

«El Gobierno que se fue nos dejó primero en ránking de asalariados en dolares de la región. Estamos cuarto. Y ustedes saben que no soy kirchnerista. Pero al pan, pan; y al vino, vino», fraseó Camaño.

Agustín Rossi no fue menos benévolo. Mostró una foto de de las revista Forbes que identificaba a Peña como CEO del año y le preguntó: ¿Cree que después de perder 10 mil millones de dólares en tres semanas, alguna empresa lo contrataría?», le preguntó, irónico.

«El problema no es el déficit fiscal, es el déficit de la balanza comercial. Los dólares tienen que salir del trabajo y la producción de los argentinos», afirmó.

Le respondió Negri. «En 2013 el kirchnerismo renovó la membresía con el FMI por 1.500 millones de dólares, para una ampliación del capital. Se podrían haber ido del FMI pero no lo hicieron. Nosotros estamos evitando ir a Venezuela y pagar el 14% como lo hizo el FpV». Lo aplaudieron. Y Peña ni se inmutó. (La Política Online)