La inflación se desaceleró en mayo a 3,1%

Fue la segunda baja consecutiva del índice, pero todavía persiste en niveles elevados. Durante el mes ayudaron la mayor estabilidad del dólar y la menor suba en el precio de los alimentos. BCRA sigue apostando por política monetaria estricta para alcanzar una inflación de un dígito (no puso plazos).

La inflación volvió a desacelerarse en mayo por segundo mes consecutivo, al ubicarse en 3,1%, pero todavía persiste por encima del piso del 3%, según informó ayer el INDEC. El nivel general del Índice de Precios al Consumidor (IPC) se ubicó un poco por encima de lo esperado y acumuló en los primeros cinco meses del año un avance del 19,2%, completando el 83,5% del 23% pautado en el Presupuesto para todo 2019. Y en los últimos doce meses, la cifra alcanzó el 57,3%, el mayor nivel desde enero de 1992.

Por su parte, la inflación núcleo bajó 0,6 puntos porcentuales al 3,2%, acumulando en el año un avance del 19,8%. Desde el Banco Central consideraron en que “se han logrado los equilibrios macroeconómicos básicos para sentar las bases a un sendero bajista para la inflación”, aunque afirman que “las cifras siguen muy lejos de los niveles deseables”. El presidente del organismo, Guido Sandleris, sostuvo ayer que “el esquema estricto de política monetaria permitirá que la inflación siga bajando en los próximos meses; ya para junio esperamos un número menor al de mayo”. Por su parte, los precios regulados volvieron a subir por encima del nivel general de precios, al avanzar un 3,7% en mayo. Los precios estacionales, en tanto, aumentaron apenas el 0,6%.

Entre las mayores subas del mes se destacaron Salud (+5,1%), ante el aumento de las prepagas, seguido por Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (-4%) y Transporte (+3,5%), debido al aumento de las naftas, que completaron el podio. Más abajo se ubicaron Prendas de vestir y calzado (+3,4%) y Educación (+3,3%), entre otros. Por su parte, la desaceleración del rubro Alimentos y bebidas no alcohólicas (+2,4%) contribuyó a la baja del índice.

Sandleris sostuvo que “la ventaja del esquema de política monetaria actual es que la tasas de interés reacciona de manera endógena ante la ocurrencia de un shock, lo que ayuda a contener la incertidumbre”. Todo esto en un contexto en el cual prevalece la incertidumbre tanto en el plano internacional como en el local, a partir de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China y por las elecciones presidenciales de octubre. Por otro lado, el funcionario indicó que desde el organismo seguirán fomentando el atractivo por las inversiones en pesos, con el fin de evitar una mayor presión cambiaria, que podría desembocar en un nuevo salto inflacionario.

Federico Bruno, de Consultatio, sostuvo que “el mes pasado ayudó mucho la estabilidad del tipo de cambio, anclada con el nuevo esquema cambiario del BCRA, que no tuvo la necesidad de intervenir en el mercado spot”. Y alertó que, “a pesar del dato positivo, habrá que seguir atentos a la dinámica política, que podría afectar a la inflación a partir del tipo de cambio”. De todos modos, “la inflación de regulados se mantendrá contenida, en parte por la decisión del Gobierno de mantener ese frente controlado (solamente tendremos ajuste de gas en junio y prepagas en julio, agosto y septiembre). Eso ayudará a ir convergiendo a registros por debajo del 3% en el segundo semestre”, sostuvo.

Por su parte, la consultora Ecolatina destacó que “en la medida en que la política cambiaria sea efectiva, la inflación descenderá en la segunda mitad del año”. El indicador “pasaría de ubicarse en un promedio del 3,3% mensual en el primer semestre a alrededor del 2,5% en la segunda parte de 2019”, estimó. Explicó que, “si bien estos datos implicarían una mejoría notoria, la inflación permanecerá elevada y difícilmente finalice el año por debajo del 40%. Producto del acuerdo con el FMI, las herramientas del Gobierno para llevar a cabo una desinflación más fuerte son limitadas”. En esta línea, la consultora sostuvo que “la ambiciosa meta de equilibrio primario impide un incremento de los subsidios a los Servicios Públicos y los márgenes de intervención del BCRA en el mercado cambiario, pese a la reciente flexibilización de la zona de no intervención, siguen siendo acotados”. (Ámbito)