Sucesores de Al Qaeda cambian sus mortales objetivos

En África y Medio Oriente están surgiendo nuevos grupos yihadistas  que comenzaron a reemplazar a los primarios componentes de Al Qaeda quienes protagonizaron, hace más de una década, las agresiones  del 11 de septiembre y que en el ámbito de sus máximos líderes se establecieron  en Pakistán, Afganistán o murieron en enfrentamientos.

Analistas de políticas internacional coinciden en que  dicha situación, devastadora para Al Qaeda, se expuso con claridad tras el asesinato de J. Chistopher Stevens, el embajador estadounidense en Bengasi, Libia, ocurrido en el pasado mes de septiembre.

Los mismos especialistas ven con claridad que los terroristas han modificado sus planes y optaron por atacar objetivos locales, dejando de lado agresiones directas a Estaos Unidos como lo hizo Bin Laden.

Optaron por complicarle la vida al Pentágono aportando hombres y armamento a los rebeldes que combaten a Bashar al Assad para inhibir los esfuerzos de Obama de apoyar el levantamiento.

Investigadores del área de contraterrorismo en la New América  Foundation opinan que “quienes están operando militarmente en proyectos agresivos dentro de sus países de origen, aunque no olvidan la lucha global”.

El objetivo de los insurgentes es el de lograr derribar por la fuerza sus propios gobiernos para reemplazarlos por teocracias. Para ello cuentan con un importante nivel de armamento y a su potencial, en ese sentido, le suman la recaudación que obtienen de secuestros y del tráfico de drogas.

También dichos grupos contienen criminales natos que se entremezclan con convencidos de su ideología. Juntos lograron crecer en regiones como la Península del Sinaí, en Egipto, tras la frontera con Israel.

El ex candidato presidencial Mitt Romney vinculó la variedad de amenazas enunciadas con la llegada al poder de los Hermanos Musulmanes en Egipto, quienes afirman que creen en la democracia y los derechos cívicos.

Llegados al poder en junio pasado, de la mano de Muhammed Mursi, los Hermanos Musulmanes se olvidaron de sus promesas y no tuvieron ningún problema llegado el momento de pedir un crédito al Fondo Monetario Internacional por 4.800 millones de dólares para –dicen- “reducir el déficit fiscal del 10%”, en un país donde la mitad de la los 80 millones de habitantes conviven en la pobreza y soportan múltiples conflictos sindicales.

Mursi es un crítico del gobierno sirio y está enfrentado  con Irán, debido a que cuenta con el respaldo de Estados Unidos por haber tenido un protagonismo particular en las gestione de paz llevadas adelante en Gaza.

Los Hermanos Musulmanes, en definitiva, son un ejemplo de redes de hermandades poderosas que constituyen espacios de minorías acudiendo al acaparamiento del poder económico y político, al que condimentan con actos de terrorismo, espionaje y  una pizca de sabotaje, una receta ideal para lograr metas cuya consecuencia debería ser el éxito, según su mirada geopolítica y el origen de su destrucción desde la óptica de sus enemigos.

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Ricardo Marconi

Licenciado en Periodismo. Posgrado en Comunicación Política. rimar9900@hotmail.com