Padres del malviviente linchado: «Nuestro hijo era bueno»

“Los que aseguran que mi hijo era un delincuente no conocían a David Moreyra”, afirma Alberto, el padre del joven que murió este martes en el Heca. La madre, Lorena, explicó este jueves, en diálogo con el programa Radiópolis, de Radio 2. la decisión de donar sus órganos: «Mi hijo era una persona buena y quería eso; él siempre ayudaba a los demás». A media mañana, familiares y amigos de David se concentraron donde vivía, en Pedro Lino Funes y Juaj José Paso.

El chico de 18 años había sido rodeado y golpeado el último sábado por vecinos tras un robo, en barrio Azcuénaga. Según información policial, no tenía antecedentes penales. Lorena puso en duda que estuviera robando. «La misma policía me dijo que mi hijo no tenía nada», agregó.

Lorena participó este jueves a la mañana en la concentración frente a la casa de David, donde una de las voceras fue la tía del chico. «No se puede matar a una persona así. No tenía cuchillo, no tenía la cartera, nada. Que el fiscal se meta y aparezcan los responsables. Que pidan perdón por la vida del inocente David», afirmó.

Además, lanzaron una convocatoria para esta tarde a las 16, cuando se proponen marchar hasta barrio Azcuénaga, donde se produjo el fatal hecho.

Ayer, a su regreso del cementerio La Piedad, donde fueron sepultados los restos del chico, el padre del chico habló con Rosario3.com.

“En mi carnet de conductor también dice que yo soy donante de órganos porque todos somos humanos y necesitamos de la ayuda de Dios y de los otros, aunque a mi hijo me lo mataron como si fuese una rata”, dijo Alberto.

La familia insiste en que “hubo una equivocación” y remarca que “el que robó la cartera fue el otro pibe que se escapó en la moto y no David. Mi hijo no tocaba un alfiler. Trabajaba como peón de albañil y pintor y se levantaba todos los días a las cinco y media de la mañana para ir a su trabajo. Lo cuidábamos como oro; por eso, no entendemos qué pasó”, señaló el hombre.

La familia contó que los amigos les ayudaron a pagar el sepelio y que más de 300 personas fueron al velatorio porque “David era una buena persona, a veces tan callado y quedado que nos pedía permiso hasta para ir a la esquina. Esto es un error y queremos que se sepa la verdad de lo que pasó”, remarcó Alberto. (Rosario 3)