Abogadas de presunto sicario piden que no se «estigmatice» a su cliente

Lo hicieron las abogadas de Milton Damario, quienes reclamaron que espere el juicio por el homicidio de Lucas Espina en su casa.

Milton Damario, el muchacho de 25 años procesado por dos homicidios y detenido en Piñero como principal sospechoso de haber ejecutado a Claudio «Pájaro» Cantero, participó ayer de una audiencia en la que pidió quedar en libertad por una de esas causas que ya se encamina a juicio. Con una cerrada custodia, en una sala casi vacía por cuestiones de seguridad y equipado con un chaleco antibalas, el muchacho detenido en septiembre pasado en Santo Tomé reclamó además que le garanticen estudios médicos por una lesión que sufre en la espalda y causada por una de las diez balas que recibió en un ataque cuando era adolescente.

El planteo, formulado por las defensoras Hilda Knaeblein y Claudia Burgos, quedó a consideración del camarista penal Adolfo Prunotto Laborde. El juez responderá la semana que viene si deja sin efecto la prisión preventiva de Damario, si accede al pedido subsidiario de mantener al joven en prisión domiciliaria, o si directamente rechaza la solicitud. De la audiencia de apelación de la prisión preventiva participó también un hermano de Milton, José Iván Damario, procesado junto a él en marzo pasado por el crimen de su vecino Lucas Fabián Espina.

El crimen ocurrió la madrugada del domingo 27 de enero de 2013 en la esquina de Pavón y Santa Rosa de Lima, en el barrio La Bajada. Espina estaba allí junto con otros tres muchachos cuando por ese lugar pasaron dos autos, uno negro y otro plateado, desde el cual comenzaron a disparar contra ellos con una ametralladora. Mientras el grupo se desbandaba, dos hombres bajaron armas en mano para continuar con la balacera. Para la investigación esos atacantes eran los hermanos Damario, procesados en marzo por la jueza Mónica Lamperti por un homicidio agravado y dos tentativas.

Medida en revisión. La medida fue apelada pero el recurso fue rechazado con el argumento de que el procesamiento «no causa gravamen irreparable», algo que fue cuestionado por las abogadas ante la Corte Suprema. Lo que sí prosperó fue la revisión de la prisión preventiva en la audiencia convocada para ayer. «El principio constitucional es la libertad durante el proceso y en este caso la etapa probatoria se terminó», resumió sus argumentos Burgos tras la audiencia, además de reclamar que a su cliente «no se lo estigmatice».

Las abogadas pidieron que se le otorgue a Damario un turno médico para que sea revisado por los dolores y trastornos que le provoca una bala alojada en su espalda y por la cual, en su celda de Piñero, «no recibe el tratamiento adecuado». Las profesionales cuestionaron además que no se revise el procesamiento por el crimen de Espina y que la causa se encamine directamente a juicio porque entienden que a esa medida quedó atada la detención de Damario. También plantearon nulidades.

La audiencia se desarrolló sin público, con Milton Damario esposado y escoltado por seis custodios armados dentro de la sala, mientras que su hermano no recibió un tratamiento de seguridad especial y permaneció sentado junto a su abogado, Luis Tomasevich. Knaeblein y Burgos pidieron finalmente que se revoque la prisión preventiva o que, subsidiariamente, se sustituya con una prisión domiciliaria de su cliente.

El fiscal Guillermo Camporini se opuso a todos esos planteos (excepto a la revisación médica), señaló que «sobran» pruebas y evaluó que existe presunción de peligrosidad procesal por la pena alta que podría recibir el acusado. «La persona que mató a Espina manifestó un total desprecio por la vida. Fue un acto bárbaro», dijo. La definición del pedido se conocerá el miércoles, cuando el juez Prunotto anuncie su veredicto en una nueva audiencia.

En caso de recuperar la libertad, Damario seguiría detenido por otras causas: está siendo investigado por un homicidio, procesado en otro y detenido a la espera de resolución por el crimen del ex jefe de Los Monos Claudio «Pájaro» Cantero ocurrido el 26 de mayo de 2013. (La Capital)