Rosario tiene su primer centro nacional contra adicciones

El espacio está ubicado en el barrio Qom y desde hace dos meses se están realizando encuentros con pibes y vecinos de la zona.

El primer Centro Preventivo Local de Adicciones (Cepla) en Rosario se lanzó ayer en Juan José Paso 2067, en el barrio Qom. La apertura fue, a pesar del mal clima, con una fiesta que incluyó proyecciones, bandas y teatro. El espacio todavía no cuenta con edificio propio, sino que se trabaja en una casa lindera de lunes a viernes de 14 a 20.

Los Cepla forman parte del plan nacional Recuperar Inclusión, que depende de la Sedronar y fue impulsado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner junto a una serie de cambios en el área que se encarga de prevención y lucha contra el narcotráfico.

Los cambios llegaron junto a nuevas estrategias para intentar romper el actual vínculo de padecimientos y violencia que muchos jóvenes mantienen con el narcotráfico en barriadas populares de todo el país, que lleva adelante su todavía nuevo titular, el sacerdote Juan Carlos Molina, junto a su equipo. “La base de estos espacios está en restituir derechos y recrear vínculos”, explicó en ese marco Matías Solmi, director del por ahora primer Cepla en Rosario. Es que la Sedronar emplazará dos Centros Preventivos más en la región: uno en el barrio República de la Sexta y el tercero en la vecina ciudad de Villa Gobernador Gálvez.

El equipo de trabajo del primer Centro Preventivo en la ciudad lleva dos meses actuando en el barrio Qom, parte de Empalme Graneros, en una de las zonas más pobladas de la ciudad. El trabajo previo fue el de generar lazos: con las escuelas, con los referentes comunitarios, incluso realizando talleres específicos de fotografía y dibujo con vecinos del barrio. Se están organizando proyecciones de películas, comidas en conjunto, y cualquier propuesta que colabore a cumplir la meta del lugar: contar con un espacio, encontrarse y “rescatarse” en él.

El Cepla buscará la participación de toda la comunidad trabajando en tres dimensiones: deportiva, cultural y de formación. Así, la institución contará con canchas para distintos deportes, sala de microcine, de música y espacio de grabación, espacios de estudio y trabajo para aprendizaje de oficios y de reinserción laboral. De acá a un futuro no muy lejano, la Institución y sus trabajadores esperan que el lugar se vuelva un espacio para pasar a charlar, tomar mate, compartir una torta o unas pizzas, en definitiva, no pensar en sustancias y sí en crear vínculos y restituir derechos.

El lanzamiento de ayer contó con la participación del subsecretario del organismo, Carlos Jacomet; los diputados provinciales Mariana Robustelli, Gerardo Rico y Eduardo Toniolli; y el presidente de la Fundación Igualar, Fernando Rosúa. Toniolli, también presidente de la comisión de Derechos y Garantías de la Cámara baja de la provincia, celebró la decisión del gobierno nacional de darle nuevo impulso a la Sedronar desde la asunción del cura Molina, apostando al trabajo con las organizaciones de la comunidad para construir una política de Estado en materia de prevención de adicciones.

El programa Recuperar Inclusión está basado en la creación de Centros Preventivos de Adicciones, y Casas Educativas Terapéuticas, que estarán ubicados en distintos barrios de todo el país. Hace pocas semanas, se inauguró la primera Casa Educativa Terapéutica en Granadero Baigorria.

El plan Recuperar Inclusión busca crear y fortalecer recursos integrales para la prevención, atención e inclusión social de personas que atraviesan problemas de adicción a las drogas. El programa fue presentado por la presidenta Cristina Fernández en marzo de este año y está basado en desplegar y fortalecer espacios como el lanzado ayer, que en rigor está en plena construcción en el espacio vecino.

En total se desembolsarán 714 millones de pesos para la implementación de 60 CET en todo el país, y otros 1.279 millones para 150 Cepla. Los Cepla son espacios de contención, donde se realizan actividades de recreación, formación y concientización, que oficien de herramientas para construir proyectos de vida. Los CET, por su parte, tienen como meta la contención para mitigar el consumo de drogas y/o alcohol en contextos de alta vulnerabilidad social. Para ello, se promueven acciones de restitución de derechos (a la salud, a la educación y al trabajo) que favorezcan la formulación de un proyecto de vida individual y colectivo sin las consecuencias nocivas del consumo.

(El Ciudadano)