Central le ganó 3 a 0 a Ferro haciendo un buen partido

El marco no admitía un final menos feliz que éste para Rosario Central. En el regreso a su casa de Omar Palma, esta vez como entrenador, el Canalla retomó el sendero de la alegría con una clara victoria sobre Ferro Carril Oeste, en el Gigante, por 3-0 y luego de dos derrotas al hilo en la B Nacional.

El desafío comenzó de manera soñada para el Negro, que mantiene al equipo a seis puntos de los puestos de promoción, pero sobre todo le inyecta una sobredosis de ánimo a un plantel golpeado que vuelve a creer en sí mismo con este triunfo conseguido gracias a los goles del pibe Rafael Delgado –en su debut absoluto en primera–, Federico Carrizo y Luciano Figueroa. Y de yapa, volvió el Kily González.

En el primer tiempo, sin jugar bien, el local se las ingenió para crear algunas situaciones más que su rival pero siguió padeciendo la misma falta de contundencia que hasta aquí lo privaba de tener una cosecha mayor de puntos en la tabla.

Germán Rivarola, otro que regresaba, se mostraba lento e impreciso; Jesús Méndez aparecía casi siempre inconexo, las ganas de Rivero y Matías Ballini no alcanzaban y Figueroa no estaba fino para rematar las jugadas en las ocasiones en que recibió con espacio.

Pero en la segunda etapa, ya con el Kily en cancha, Central se puso arriba a lo guapo cuando sólo se jugaban 40 segundo. Tras un centro, Delgado la empujó solo debajo del arco. Abrió la cuenta y también el partido, ya que Ferro se soltó un poco más pero con un desorden que le facilitó las cosas al equipo del Negro.

Desde allí, el Verde de Caballito solo llegó hasta Jorge Broun –sólido aunque sin demasiadas exigencias– de manera aislada. El resto del encuentro fue todo del elenco auriazul, con Federico Carrizo y Santiago Biglieri ganando siempre en el mano a mano y con Méndez más encendido. Todo con la ayuda de la tarjeta roja que en la visita recibió Matías Villavicencio (a los 16 minutos) por una fuerte falta.

Así llegó el gol de Carrizo a los 20, tras una buena combinación por derecha con Méndez. Fue el segundo grito del Gigante y el segundo abrazo de Palma con su cuerpo técnico.

Pero el Canalla vio que el rival no daba señales de vida y entonces salió a rematarlo. A los 38 tuvo su momento de gloria Figueroa, que hasta allí no había podido concretar sus ocasiones de gol. Lucho cabeceó casi sin marca frente al arco luego de un lujo y posterior centro de Jesús Méndez.

Se cortó así la racha negativa para Rosario Central y también el invicto de cinco partidos que traía Ferro a Arroyito. La Academia se mantiene a seis puntos de la chance de ascender, aunque ahora con un espíritu totalmente renovado.