Chile también recuerda con dolor su 11-S

Mientras el mundo recuerda a las víctimas de los atentados en Nueva York, en el rincón de Sudamérica el pueblo chileno recuerda el golpe que terminó con el gobierno de Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973.

El contexto del golpe de Estado estuvo marcado por un período en que los gobiernos socialistas no eran bien vistos por la potencia mundial de aquellos años, Estados Unidos, (la misma que hoy,  pero con una que otra complicación). Desde que asumió Allende comenzaron las complicaciones para un gobierno al que algunos le pusieron fecha de vencimiento.

Salvador Allende Gossens, nació en Valparaíso en 1908, fue elegido presidente chileno en 1970. Las elecciones se realizan el 4 de septiembre de ese año y los resultados indicaron que el candidato de la Unidad Popular (UP), Salvador Allende consiguió el 36,29 por ciento; Alessandri, 35,79 y Tomic, 27,95 por ciento.

Con ese escenario fue el Congreso el que tuvo que elegir al presidente entre las dos primeras mayorías. Los resultados, gracias a un acuerdo entre la UP y la Democracia Cristiana,  dieron como amplio ganador al socialista que llegó a La Moneda en 1970.

Desde el inicio comenzó con la reformas, una de las más recordadas fue la nacionalización de la industria del cobre, además de acelerar la reforma agraria.

Como Estados Unidos estaba dispuesto a terminar con los avances del Marxismo comenzó a operar contra la economía chilena a través de un “estrangulamiento”, como lo puso en sus apuntes el director de la CIA de aquellos años.

Esta situación terminó con una economía golpeada marcada por el descontento y largas filas para conseguir alimentos. Además, paralelamente, surgieron grupos radicales y ultraderechistas como Patria y Libertad.

Una cosa sobre otra fue sumando un clima de violencia y agitación social que radicalizó las posiciones. Al mismo tiempo comenzaban a organizarse las primeras reuniones golpistas bajo el alero de la Armada.

El primer signo de intervención militar se dio el 29 de junio de 1973 con el denominado “Tanquetazo” o “Tancazo”, un golpe fallido encabezado por un coronel del Regimiento Blindado Nº 2. Se le denominó así porque se usaron tanques y carros blindados, los cuales fueron puestos en posición de combate y se enfrentaron a guardias del palacio y a oficiales leales. Lo que puede parecer curioso e irónico fue que los que terminaron con la sublevación fueron los refuerzos del Regimiento de Infantería Nº 1 Buín, encabezados por el general Augusto Pinochet.

Pese a esto, el golpe seguía gestándose bajo la orden del vicealmirante José Toribio Merino de la Armada, pero ahora se sumaban Gustavo Leigh, general de la aviación y Pinochet por el Ejército. Por el lado de Carabineros también se sumaba a la idea César Mendoza, un general de poca antigüedad.

El 22 de agosto de 1973 la Cámara de Diputados en la cual la oposición tenía mayoría, aprueba un texto en el cual señala el grave quebrantamiento del Orden Constitucional y legal de la República.

El golpe ya estaba decidido y lo único que complicaba era el general Prats, comandante en Jefe del Ejército que era leal a Allende. Pero esa «complicación» se resolvió luego que Prats presentara su renuncia algunos meses antes por un incidente donde se le acusó de disparar contra una mujer en Santiago.

El día del golpe

El 10 de septiembre la Armada movilizó la Escuadra y el Ejército se acuarteló, siempre argumentando la excusa de ejercicios militares que fueron aceptados por el Gobierno.

En la madrugada del 11 de septiembre de 1973 la Armada tomó Valparaíso y se informó del levantamiento de las Fuerzas Armadas al presidente, quien se encontraba en su residencia particular. Allende intenta, infructuosamente, comunicarse con Pinochet, pero no le contesta.

En estos momentos el general golpista estaba al mando de toda la operación en el Comando de Telecomunicaciones de la comuna de Peñalolén. Desde allí anuló señales de emisoras y dio órdenes directas a su gente.

A las 7.20 Allende toma su auto y toma camino a La Moneda con el denominado GAP (Grupo de Amigos Personales, la seguridad del mandatario). Al palacio de gobierno llegó a las 7.40 y allí espero y enfrentó el golpe.

Pese a todo, Allende desconocía que era Pinochet quien encabezaba el golpe y llegó a exclamar “Pobre Pinochet, debe estar preso”.

La primera transmisión de la Junta Militar se dio a las 8.42 y en ella intiman para que Allende haga entrega inmediata de su cargo. En comunicaciones internas Pinochet ofrece sacar a Allende del país y rendirse, porque a las 11 se bombardearía La Moneda.

La intención original era que Allende volara a otro país, “ pero el avión se cae, viejo, cuando vaya volando”, en palabras del mismísimo general golpista.

Salvador Allende hizo su último discurso a las 10.15 de la mañana y las 10.30 comenzaron a bombear La Moneda, con tanques y aviones Hawker Hunter de la Fuerza Aérea.

La imagen era del Palacio de La Moneda en llamas y la de grupos de infantería ingresando a la casa de gobierno. Al tomar la planta baja, Allende ordena a todos los que lo acompañaban rendirse y bajar las armas. (MDZSOL.COM)

 

Según el testimonio de uno de sus doctores, Patricio Guijón, que regresó el presidente gritó ¡Allende no se rinde, milicos de mierda!

Minutos más tarde se informa que el presidente se suicidó y que lo hizo con el fusil AK-47 que le regaló Fidel Castro.

Pasadas las 14.30 le informan a Pinochet por la radio de la situación: «Hay una comunicación, una información de personal de la Escuela de Infantería que está ya dentro de La Moneda. Por la posibilidad de interferencia, la voy a transmitir en inglés: They say that Allende commited suicide and is dead now”.

Ese mismo día asumió la Junta Militar bajo el mando de Augusto Pinochet, quien estuvo durante 17 años en un cargo para el que nunca fue elegido, los años más duros del vecino país.