Mónica Fein acusó a dirigentes de Newell’s y Central por la guerra de pintadas

La intendenta Mónica Fein se metió de lleno en la problemática de la guerra de las pintadas entre simpatizantes de Newell’s Old Boys y de Rosario Central que invade la ciudad. Y puso en duda que los clubes no tengan algo de responsabilidad en esos hechos vandálicos. «Creo que la dirigencia no puede mirar para el costado, tienen que hacerse cargo», dijo ayer la titular del Ejecutivo local. Algunos concejales criticaron esa postura y coincidieron en que debe ser el municipio el encargado de ajustar los controles para evitar los desmanes.

El folclore de las pintadas entre canayas y leprosos tomó un cariz tan violento que incluyó a domicilios de dirigentes, bombas molotov y quema de cubiertas.

Es que el clima previo a los clásicos del 20 y 27 de enero próximos y la decisión de que ambos encuentros se disputen sin público visitante, también parece haber enrarecido el clima y exasperado los ánimos de ambas facciones.

Lo ciertos es que la confrontación de inscripciones auriazules y rojinegras inunda la ciudad, se apoderó de las fachadas de espacios públicos y privados, y parte del mobiliario urbano.

Precisamente, para recomponer o recuperar esos espacios comunitarios dañados, el municipio desembolsa cerca de 4 millones de pesos al año.

Mientras que la dirigencia de ambos clubes deslindó responsabilidades, atribuyó a que todo se orquesta puertas afuera de las instituciones y negó prestar apoyo logístico, la intendenta Mónica Fein lo puso en duda.

Tienen que ver. «Si la ciudad está totalmente pintada no pueden decir que el club no tiene nada que ver, el club tiene que ver, como tiene que ver la ciudad, tenemos que trabajar juntos», lanzó ayer Fein en declaraciones a La Ocho.

«No se pude pintar media ciudad sin que los clubes no sepan, no digo que son responsables, sino que saben. Nosotros queremos recuperar la ciudad, trabajar en la convivencia, queremos un clásico normal porque creemos que son las minorías violentas las que impiden que el fútbol sea realmente un deporte», indicó.

Control. Las declaraciones de la intendenta no tuvieron demasiado consenso en el Concejo Municipal.

El edil del PRO Rodrigo López Molina circunscribió los hechos a una problemática «de violencia en general. En varias zonas hay depredación y hechos vandálicos, cada vez con más frecuencia. El espacio público se respeta poco porque se controla poco. No creo que haya complicidad de los clubes. Sí creo que también se demarca el terreno de las barras bravas. Hay que convocar a los clubes para que sean parte de la solución», sugirió.

Tal vez el más crítico de la postura de Fein fue Jorge Boasso (UCR). «Acá tiene que estar la policía y la GUM (Guardia Urbana Municipal) en la calle. Lo que tiene que haber es más control para evitar actos de vandalismo. Pero si no pueden controlar los homicidios ni los delitos más graves, menos van a poder con las pintadas», se despachó.

Consultado acerca de instancias que pudiera generar el Concejo para ayudar a una solución, Boasso dijo que sería «más de lo mismo, eso ya se hizo y fracasó».

A su vez, Alberto Cortés (Proyecto Sur) enmarcó los incidentes en una «dimensión de fuerzas» entre las cuales primero hay que «desactivar el fenómeno cultural, pero acompañado de medidas complementarias. Si alcanzaron la dimensión que alcanzaron, es una responsabilidad del Estado».

Diego Giuliano también puso la lupa sobre la responsabilidad del Estado local antes que hacer cargo a las instituciones. «El tema de las pintadas no es aislado. Ya dejó de ser anecdótico o folclórico. Es una hecho de violencia y no creo que las clubes estén atrás de esto. El problema real es que no hay presencia de la Municipalidad para prevenirlos», recalcó el edil.

«Son rápidos y se escapan»

El titular de la Dirección de Control Urbano, David Sánchez, reconoció que las personas que pintan espacios públicos o el mobiliario urbano se escabullen con facilidad. “Tenemos cinco móviles que recorren la ciudad. Pero son muy rápidos y se escapan abandondando tarros de pintura. Pueden pintar varias garitas en pocos minutos con un aerosol. Además, sin apoyo de la policía no tenemos potestad para detenerlos”, describió el funcionario. (La Capital)