Fallece actor de «Esperando la Carroza»

La Asociación Argentina de Actores informó que los familiares del intérprete de «Esperando la Carroza» resolvieron no realizar un velatorio y sus restos serán cremados mañana en el cementerio porteño de Chacarita.

Inmediatamente se conocieron repercusiones de su muerte, entre ellas la de Dario Grandinetti quien escribió en Twitter, «Nino Tenuta, de lo mejor…».

Por su parte, Alejandro Fiore señaló que «Murió el gran actor Juan Manuel Tenuta pero sobre todo una de las personas más buenas que conocí en este medio».

La joven comediante Julieta Zylberberg dijo: «Ohhh Nino Tenuta… Hermoso siempre, brillante, y la dulzura eterna».

Tenuta, hijo de un sastre del Teatro Colón de Buenos Aires y una empleada administrativa y militante gremial de un frigorífico, había nacido en Fray Bentos, Uruguay, el 23 de enero de 1924, donde desde la etapa escolar intuyó el futuro que le esperaba.

Se trasladó a Montevideo el 24 de junio de 1935, el mismo día en que Carlos Gardel moría en Medellín, y el paso de su pueblo natal a la capital uruguaya significó para él el descubrimiento de las vidrieras iluminadas de las tiendas y las marquesinas de los cines y teatros.

El último trabajo teatral de “Nino”, como lo llamó su madre y también sus íntimos, fue en la obra “Agosto”, en el Lola Membrives, que durante tres temporadas lo tuvo en su escenario como actor insigne y, sobre todo, como un gran tipo.

En la adolescencia, y con el apoyo de sus padres, integró compañías de teatro itinerantes que recorrían el interior oriental con piezas populares y, ya vinculado al incipiente teatro independiente, viajó a Chile junto a Rosita Baffico y Bruno Musitelli, donde introdujeron la técnica del títere de mano.

Ese viaje le sirvió para conocer de cerca a Pablo Neruda y a su entonces esposa, la argentina Delia del Carril Anchorena “La Hormiguita”, con quien hizo grandes migas (nunca soportó, sin embargo, a Matilde Urrutia).

Acompañó al poeta a todo lo largo de Chile en su primera campaña política, a principios de los 40, en funciones donde Neruda declamaba sus posturas y Tenuta recitaba poemas de la Guerra Civil Española y otros emprendimientos democráticos.

Amante de la Argentina –dijo alguna vez “los uruguayos en la Argentina no somos extranjeros”- fue “claque” en el teatro Smart de la avenida Corrientes –luego Blanca Podestá, hoy Multiteatro-, donde hizo amistad con figuras como Enrique Muiño, Pepe Arias y Paquito Busto.

De regreso a Montevideo integró varios elencos, hizo radio y fue cofundador, en 1949, de la Institución Teatral El Galpón, que con un local precario en la esquina de Mercedes y Carlos Roxlo, de la capital uruguaya, definió un elenco y una estructura ética que duran hasta hoy.

El Galpón fue prohibido y su local demolido durante la dictadura militar de 1973, pero en los años anteriores fue el cuartel general del director Atahualpa Del Cioppo, la poeta Idea Vilariño, y en la actualidad ocupa un complejo teatral sobre la céntrica 18 de Julio.

En ese elenco Tenuta conoció a su esposa de toda la vida, Adela Gleijer, mientras representaban “El centroforward murió al amanecer”, de Agustín Cuzzani, y de esa unión nació la actriz y cantante Andrea Tenuta, actualmente en Madrid, casada con el cineasta ganador del Oscar José Luis Garci.

En su país fue dirigente del Sindicato Uruguayos de Actores y empleado administrativo del Automóvil Club del Uruguay, donde fue delegado sindical y dio protección a perseguidos durante el régimen de facto que asoló la vecina orilla desde 1973.

Tenuta se afincó en Buenos Aires en 1974, tras la persecución y tortura de varios de sus compañeros de El Galpón en Uruguay y comenzó a llamar la atención en el Teatro del Centro, cuando interpretó “Cuánto cuesta el hierro”, de Bertolt Brecht, dirigido por Manuel Iedvabni.

“¡Hay que ir a ver al uruguayo!”, se hizo frase común entre los teatristas argentinos, y desde entonces cerró fuertes amistades con Roberto “Tito” Cossa, Claudia Lapacó, Arturo Bonín, Susana Cart, Omar Grasso y Lautaro Murúa, entre muchísimos.

Sus incursiones escénicas de casi cuatro décadas incluyeron “Fuenteovejuna”, “Veraneantes”, “El patio de la Morocha”, todas en el San Martín, “Cuarteto”, “La profesión de la señora Warren”, “The Rocky Horror Show”, “La pulga en la oreja”, “El burgués gentilhombre”, en el Teatro Argentino de La Plata.

También estuvo en “Real envido”, “Gris de ausencia”, “El alma de papá”, “Cándida”, “Valhala”, “La hermosa gente”, “Perla”, “Con tinta y con sangre” y la definitiva “Agosto, condado Osage”, en la que tuvo que ser sustituido en las cuatro últimas funciones.

Su primera aparición en el cine fue en “Un vintén pa’l judas”, película uruguaya de 1959, dirigida por Ugo Ulive, cuyas copias se han perdido, y en la pantalla argentina de lo vio en “Primero yo”, “No toquen a la nena”, “Las sorpresas” y “El hombre del subsuelo”.

En más de 30 títulos actuó en “Asesinato en el Senado de la Nación”, “Siempre es difícil volver a casa”, “De eso no se habla”, “Un buda”, “Cara de queso” y “Esperando la carroza” (1995), la más recordada.

Sus últimos trabajos en TV fueron en “Tiempofinal”, “Máximo corazón”, “¡Trillizos!, dijo la partera”, “Los buscas”, “El hombre”, “Como pan caliente”, “Pobre diabla” y “Naranja y media”, junto a Guillermo Fancella.

En 1995 lanzó su libro autobiográfico “Antes que me olvide”, en colaboración con el periodista Héctor Puyo, que estuvo entre los más vendidos ese año en Uruguay. (Télam)