Investigan el asesinato en la autopista: ¿Venganza narco?

Maximiliano Rodríguez, de 33 años, apareció asesinado horas en la autopista Rosario-Córdoba, a dos kilómetros del ingreso a Funes, tras ser secuestrado por siete personas en su casa de Roldán. Tenía prontuario por narcotráfico y por un homicidio.

Un hombre de 33 años fue hallado ayer a la mañana asesinado de ocho balazos en la autopista Rosario-Córdoba, a dos kilómetros del puente por el que se ingresa a la ciudad de Funes. Horas antes, durante la madrugada, había sido secuestrado por un grupo de personas que irrumpieron en su casa de un barrio de Roldán y se lo llevaron a los empujones luego de dejar maniatada a su novia. La historia de esta ejecución despiadada deberá ser esclarecida pero ofrece toda la impresión de ser una venganza ligada al narcotráfico.

La víctima es Maximiliano Alejandro Rodríguez, alias «Diente de Lata», de 33 años. Es oriundo de barrio Tablada donde ocurrió, en junio de 2004, el asesinato de Sergio Romero, quien tenía 39 años cuando fue atacado a balazos en Necochea y Presidente Quintana. Por aquel homicidio el hombre ultimado ayer, que entonces tenía 23 años, fue procesado como autor en el juzgado de Instrucción Nº 13, junto a un hermano suyo. Por esos días, diez años atrás, vecinos del lugar señalaban que la muerte de Romero era parte de una guerra por la venta de drogas en el barrio y destacaban la protección policial recibida de la comisaría 16ª por el asesinado de ayer, que pertenecía a la banda del fallecido Guillermo «Torombolo» Pérez.

Siete hombres. El cuerpo de Maximiliano Rodríguez fue advertido cerca de las 8.30 de ayer por un automovilista que lo divisó a la altura del kilómetro 304 de la autopista a Córdoba y se contactó con el Comando Radioeléctrico de Funes. «El conductor le dijo a la policía que pensaba que era un borracho», comentaba ayer el fiscal de Homicidios Dolosos Ademar Bianchini.

El cadáver estaba boca abajo, a unos 30 metros del asfalto de la mano que conduce a Rosario. Tenía el torso desnudo y solamente estaba vestido con un jean.

Según la reconstrucción del caso todo se inició cerca de la 1.30. Hasta ayer los investigadores habían podido establecer que al parecer siete hombres vestidos con chalecos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) llegaron en tres autos —un Volkswagen Bora, un Mercedes Benz y otro vehículo cuya marca no se precisó— a la casa de Rodríguez, ubicada en María Auxiliadora al 700, en un barrio de Roldán.

«Vení con nosotros, somos de la PSA», le dijo uno de los hombres. Este relato fue referido por la novia de Rodríguez, Verónica G., que fue inmovilizada con precintos en las manos.

Según ese relato, los hombres obligaron a Rodríguez a subirse a uno de los autos mientras otro de sus captores se apoderaba del Volkswagen Vento del dueño de casa.

Golpes y tiros. A partir de ese momento, Rodríguez y sus secuestradores realizaron un trayecto que terminó en el kilómetro 304 de la autopista. En ese lugar, las personas que lo privaron de la libertad, al parecer, primero lo golpearon y lo ataron con precintos plásticos. Luego lo ejecutaron al menos de ocho disparos de calibre nueve milímetros por la espalda.Tras el ataque, los agresores dejaron abandonado el cuerpo a un costado del pavimento.

Un portavoz policial señaló que en la escena del crimen los peritos de la policía científica encontraron ocho vainas servidas, lo cual parece no dejar dudas de que fue ejecutado en el lugar donde lo hallaron.

Las causas. Nacido en mayo de 1981, Maximiliano Rodríguez tenía 33 años. Registra diversos antecedentes penales desde el año 1999 pero ayer los investigadores se concentraban en uno, por el cual se le abrió una causa por infracción a la ley de drogas en 2008.

El 25 de junio de ese año efectivos de la Sección Inteligencia de Drogas Peligrosas lo detuvieron en los monoblocks de calle Lola Mora al 100, en La Tablada. La causa recayó en el juez federal Nº 4 Marcelo Bailaque.

Rodríguez aparece en escuchas telefónicas realizadas por la PSA contra una banda de comercializadores de droga de la zona sudoeste y norte de Rosario encabezada por el prófugo Ignacio Actis Caporale, alias «Nacho» u «Ojito», varios de cuyos miembros están en prisión desde septiembre de 2012. Por lo que los investigadores del homicidio analizan también ese entorno.

Asimismo, un individuo de ese nombre y con el apodo de «Diente» es tenido como un integrante de segunda línea de la barra brava de Rosario Central. Una persona a la que fuentes policiales recordaron ayer como de físico robusto y tez morena lo que coincide con el aspecto del muchacho asesinado ayer.

Los investigadores también analizaban las posibles conexiones que el caso puede presentar con otro homicidio ocurrido hace un mes: el de Enrique Alberto Herrera, ejecutado de seis balazos por un sicario en una pizzería de Rauch al 800, el 20 de julio pasado en Parque Casas. La víctima, de acuerdo a voceros policiales, pertenecía a la barra auriazul.

Tras el referido homicidio de Sergio Romero en 2004, por un tiempo Maximiliano Rodríguez y su hermano (a los dos los llamaban Dientes de lata) desaparecieron de barrio La Tablada. En 2008 lo detuvieron a Maximiliano junto a Rubén Darío S. y Nadia V. en los monoblocks de Lola Mora 105, muy cerca del lugar donde fue atacado Romero, en un operativo antinarcóticos.

La ficha prontuarial de la sección Indice General de la Unidad Regional II indica que Rodríguez tenía imputaciones penales desde 1999 por delitos diversos: resistencia a la autoridad, amenazas calificadas, abuso sexual y portación de armas.

«Son muchas líneas de investigación abiertas», dijo anoche el fiscal Adrián Spelta sobre el sangriento caso, revelador de una trama de conflictividad que parece tener una larga historia.

(La Capital)