Otro taxista ebrio y armado

Preocupante seguidilla. Fue en la madrugada de ayer en la esquina de San Martín y Muñoz, en la zona sur de Rosario. Es el séptimo caso en lo que va del año en la ciudad.

En la madrugada de ayer se verificó un nuevo caso de un taxista que dio control de alcoholemia positivo. Esta se convirtió en la séptima detección en lo que va del año y, como además estaba armado, el conductor quedó a disposición de la Justicia, del Tribunal de Faltas y de la Secretaría de Servicios Públicos.

El hecho sucedió ayer, a las 4.30 de la mañana, en San Martín y Muñoz, en la zona sur de la ciudad. En ese momento, la Guardia Urbana se comunicó con la Dirección de Tránsito para solicitar colaboración con un test de alcohol a un taxista. Al arribar al lugar, personal de Comando Radioeléctrico lo tenía esposado, dentro del móvil, porque habían detectado que tenía un arma de fuego.

Allí se procedió a realizar el test de alcohol y dio como resultado 1.75. Por consiguiente, «el vehículo fue retenido preventivamente, a disposición de la Justicia, del Tribunal Municipal de Faltas, y la Secretaría de Servicios Públicos». Así lo confirmó a este diario Gustavo Adda, el director de Tránsito de la Municipalidad.

«Todas las sanciones que tienen que ver con los servicios de taxis o remises, transportes escolares o colectivos, las dispone tanto Servicios Públicos, en cuanto a la habilitación de la licencia de taxi. Mientras que la licencia de conducir queda a criterio del Juez de Faltas. Son dos sanciones que corren por carriles diferentes», explicó Adda.

El director de Tránsito se animó a analizar esta seguidilla de casos en taxistas. «No creo que sea nada extraordinario. Los controles se incrementaron notoriamente, y al realizar controles donde antes no se hacían, se encuentran casos que no eran habituales anteriormente. Entiendo que no es una cuestión de la actualidad. Me parece que responde al aumento exponencial de controles de la Secretaría de Control y Convivencia Urbana», apuntó Adda.

Este test va detrás de una política de controles que se está enfatizando. «Como dijo el secretario de Control, queremos llegar a 30 mil test de alcoholemia este año. Por lo que seguiremos haciendo controles por todas partes. Este año es récord tanto en cantidad, como en resultados, porque hemos bajado la media histórica. Con los controles se logra disuadir el consumo y el hecho de conducir cuando se está alcoholizado», advirtió el funcionario.

«El alcohol, como las distracciones al volante y el exceso de velocidad, son los principales factores de accidentes viales. Por eso queremos combatir esos síntomas», sostuvo Adda.

En relación a la conducta de la población en general ante los controles de alcoholemia, el director expresó que «la gente está teniendo mucho en cuenta el hecho de no conducir cuando toma alcohol. El conductor designado se ha instalado como una figura típica y cultural de nuestra ciudad. Y se lo puede ver», aseguró.

(La Capital)