Asesinan a mujer de 36 años de ocho balazos en barrio Plata

Erica Reynoso charlaba con un amigo en la puerta de su casa de barrio Plata cuando fue atacada. Tenía seis hijos. Sospechan de ex pareja.

Las motivaciones del cruel homicidio de una mujer de 36 años y madre de seis hijos la madrugada del domingo son una incógnita. Pero en la mecánica al menos se advierte un ensañamiento desmedido. La víctima estaba sentada charlando con un amigo en la puerta de su casa en barrio Plata (Constitución al 5100) y encontró la muerte cuando imprevistamente se acercó un auto desde el cual le efectuaron ocho disparos que le impactaron en el torso y en las piernas. En medio del dolor, su entorno familiar hizo saber que sospechan de un hombre con el que había estado en pareja, pero que ella rechazó porque la maltrataba y amenazaba. A pesar del clima caldeado, ayer no se observó presencia policial en una zona donde se repiten balaceras y hechos violentos.

Calles angostas. Erica Reynoso vivía con sus seis hijos de entre 10 y 21 años en Aurora al 3700, una calle que corta Avellaneda al 5200, en el extremo sur de Rosario apenas a tres cuadras de la avenida de Circunvalación 25 de Mayo. Ese sector de la ciudad es conocido como barrio Plata, tiene calles angostas que suelen ser escenario de balaceras derivadas de múltiples factores.

Ya entrada la madrugada del domingo, alrededor de las 2.30, Erica estaba sentada tranquila sobre un tronco dispuesto a modo de banco en la vereda de su casa, justo debajo de un fresno. Charlaba con un amigo cuando, imprevistamente y sin mediar advertencia, se acercó un auto con dos ocupantes, uno de los cuales abrió fuego a mansalva contra la mujer y se dio a la fuga.

Con graves heridas en tórax y piernas, Erica fue asistida por su amigo y algunos familiares que en medio de la desesperación atinaron a cargarla en un auto y llevarla hasta el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca), donde no se pudo hacer nada porque ingresó sin vida.

Cuando este diario se acercó al barrio ayer a media tarde para indagar sobre lo ocurrido, sólo había gestos de dolor y tristeza en ojos de varios de sus hijos, amigos y familiares, que aguardaban arremolinados en la puerta de la casa que le entreguen el cuerpo de Erica para velarla en el mismo comedor de la vivienda.

«Mirá, ahí la mataron, en ese tronquito. Estaba sentada charlando lo más bien con un amigo. Se acercó un auto blanco con dos personas, se estacionó en la calle y directamente le pegaron como ocho balazos en el tórax y en la piernas», graficó indignada una familiar de la mujer ante el cobarde ataque.

Apriete. En medio de un clima caldeado, sin presencia policial, con grupos de jóvenes observando la tarea de este diario a distancia y vehículos circulando a modo intimidatorio, no tardó en llegar la advertencia literal desde un Fiat Palio gris. Sin detener la marcha, su conductor asomó la cabeza por la ventanilla, miró a todos los que estaba en la puerta de la casa y vociferó: «Los vamos a matar a todos, putos, gatos». (La Capital)

Nadie contestó la inquietante amenaza, y el breve silencio se quebró cuando una de las personas pidió que se deje en claro que no se trató de un ajuste de cuentas, y que no se arrojen hipótesis apresuradas sobre las motivaciones del crimen. Al mismo tiempo, muchos de esas personas parecían morderse los labios para no soltar el nombre de la persona que, según sus conjeturas, empuñó el arma.

Pasaron pocos segundos hasta que una de ellas suspiró hondo y lanzó. «Queremos que se sepa que la familia sospecha de un hombre que salía con ella, una ex pareja que ya la había golpeado con un arma, le rompió la cabeza, y la había amenazado de muerte, un tal «Tacuara» con el que ella no quería saber nada pero el tipo no aceptaba que lo rechazara. Vive por acá atrás», deslizaron mientras apuntaban un asentamiento ubicado al oeste de Aurora.

Las actuaciones preventivas del hecho las realizó en un primer momento el personal de la comisaría Nº 18, mientras que la investigación quedó cargo de Policía de Investigaciones (PDI) bajo las órdenes de la fiscal de la Unidad de Homicidios, Marisol Fabbro.