Paro de bancarios en todo el país

Ante el estancamiento en las paritarias y pese a la resolución dictada por Trabajo de la Nación para evitar la medida de protesta, la Asociación Bancaria lanzó un paro nacional para toda la jornada.

Los bancos no funcionarán hoy en Rosario ni en el resto del país. Ante el estancamiento en las negociaciones paritarias del sector y pese a la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo de la Nación, el gremio que nuclea a los empleados bancarios lanzó un paro nacional para toda la jornada en reclamo de un adelanto de 1.800 pesos a cuenta del incremento salarial del año próximo, mientras que mañana realizarán un plenario para definir un «plan de lucha».

Apenas fue convocado el paro, la cartera laboral que encabeza Carlos Tomada declaró la conciliación obligatoria por diez días, pero desde la Asociación Bancaria que conduce Sergio Palazzo, ratificaron la medida y advirtieron que no había tiempo para la notificación legal.

En un comunicado, la cartera laboral señaló que «no se ha recibido a último momento ningún pedido de audiencia por la Asociación Bancaria previo a la declaración del paro, como correspondería ante la falta de acuerdo directo entre las partes».

«La conciliación obligatoria no procede porque fue el ministro el que suspendió las negociaciones», aseguró el secretario de prensa de la Bancaria, Eduardo Berrozpe, quien agregó: «El ministro de Trabajo cree que somos animales ignorantes y fue él quien se llevó por delante las paritarias que reactivó Néstor Kirchner. La Constitucional nacional para él no existe, y la ley, tampoco».

Pese a que el gremio no quiere públicamente hablar de cifras, el reclamo de incremento salarial ronda el 30 por ciento, un porcentaje que permitiría compensar la pérdida sufrida por la inflación «real» y que estaría acorde con la ganancia de los bancos, que supera el 40 por ciento, de acuerdo con las cifras del Banco Central (BCRA).

«El paro se va a realizar igual porque el llamado a conciliación es extemporáneo», señaló el dirigente de La Bancaria de Rosario, Matías Layús, quien aseguró que tras el paro los trabajadores del sector se mantendrán «en estado de alerta y movilización», y que mañana volverán a reunirse para evaluar los pasos a seguir. De todas formas, destacó que de no haber respuestas a los reclamos, «la semana que viene podría haber un nuevo paro».

Palazzo, aseguró que «las cámaras empresarias no acercaron siquiera una propuesta», y recordó el planteo del gremio: «Queremos una suma de 1.800 pesos a cuenta de lo que se acuerde en paritarias».

Los trabajadores anunciaron la medida de fuerza para que las entidades financieras realicen una oferta de incremento salarial «acorde con el 41 por ciento de aumento que registraron sus ganancias promedio» en el año, indicó Palazzo.

Antes de anunciar el paro, el dirigente recordó que el 31 de diciembre vence el actual acuerdo salarial, que la entidad presentó el 15 de noviembre el pedido de apertura de paritarias, y que el primer encuentro recién se realizó el 18 de este mes. «Allí expusimos todos los pedidos que no son sólo salariales, también reclamos un nuevo encuadre legal y que se terminen las persecuciones y despidos. También reclamamos que se cumplan con las inspecciones que pedimos hace más de un año y que se liquiden correctamente los salarios», afirmó.

Indicó el que el 19 de diciembre «sorpresivamente» el Ministerio de Trabajo suspendió sin fecha las negociaciones y agregó que «si bien hubo encuentros informales» el diálogo no continuó.

Si bien reconoció que tuvieron un llamado telefónico del ministro de Trabajo, Carlos Tomada, señaló que «no hubo ninguna propuesta salarial y las negociaciones están interrumpidas».

«No hay un marco institucional para dialogar y una conciliación obligatoria sería insólita porque el Ministerio de Trabajo suspendió las negociaciones», afirmó el gremialista.

Palazzo exigió a la Asociación de Bancos de la Argentina, que engloba a las entidades de capital extranjero, que «no trabe las negociaciones como suele hacerlo, porque siempre es la última cámara en acordar y entorpece el diálogo».